Relatos prohibidos
La relación con Carlos fue de muchas discusiones, a pesar que éramos uno el complemento del otro, siempre había algo que nos hiciera molestar en los dos años de novio, o mejor dicho de mari-novio ya que en ese tiempo fueron incontables las veces que me cogió.
Un día estando en mi casa, discutimos, él me estaba haciendo una cama de hierro forjado, y se fue, dejándolo todo por el suelo. Al día siguiente recogí todo y lo llevé a un taller de herrería. Me atendió el dueño que me llevó a su oficina y le expliqué lo que quería, y creo que entendió todo lo que yo quería. Yo llevaba puesto un short muy corto y una franela muy pegada al cuerpo por lo que mis senos se notaban muy bien. Mientras caminaba hasta mi carro para buscar las piezas de hierro, noté como su mirada me desnudaba. Ese señor, de unos 40 años, ordenó a uno de sus trabajadores que me ayudara, y volví a su oficina. Cerró la puerta y sin pensarlo me estaba besando. Me gustó y no opuse resistencia. Sus manos me acariciaban, y eso me gustaba, empezó a levantarme la franela, me sacó una teta y me chupó el pezón. Yo empezaba a excitarme, me dio una vuelta y quedé de frente a su escritorio y el detrás de mí. Me bajó el short y noté su pene erecto entre mis nalgas. Apartó el hilo que llevaba puesto, me inclinó sobre el escritorio y me la metió. Al principio fue muy delicado, y al oír que yo gemía, me dio duro sin parar hasta que llegó dentro de mí, notaba su leche correr entre mis piernas. Me limpié y me vestí para irme a mi casa. Esa noche pensé mucho en aquel desconocido que me había cogido.
Dos días después, pasé por el taller con el pretexto de ver cómo iba el trabajo, pero la verdad era que quería verlo. Me invitó a tomar un café, conversamos un rato, me dio un beso y me invitó a ir a un auto motel en la noche, a lo cual me negué inmediatamente, y salí de su taller. En la tarde, cerca de las 5 pm, pasé otra vez por el taller, algo me atraía, fui hasta la oficina, conversamos y se me ocurrió invitarlo a comer helado, él aceptó y nos fuimos en su carro.
En la vía, buscando una heladería, vi cómo se desviaba hacia las afueras de la ciudad, yo no dije nada, sabía lo que iba hacer, y así llegamos al auto motel. Al entrar y todavía dentro del carro nos besamos y abrazamos apasionadamente. Sin decir palabra empezó acariciarme las partes, y a quitarme la ropa. Me desnudó por completo, me sacó en sus brazos del carro y entramos a la habitación. Me acostó en la cama, y sin el desnudarse nos abrazamos, nos besamos, besó cada milímetro de mi cuerpo, y al llegar a mi vagina se dio un buen banquete, me hizo llegar y él saboreó mis fluidos. Se levantó y vi como poco a poco se desnudó, para mí fue una eternidad, quería sentirlo dentro de mí.
Al fin tuve su miembro dentro de mi vagina. Me cogía con fuerza, de repente se detuvo y se deslizó hasta mi cara para llegar a mi boca, luego nos dimos un gran beso, donde mi boca aun con su leche que compartí con él.
Desnudos los dos en la cama conversamos de nuestras cosas. Me contó de su vida con su esposa y de sus dos hijos, yo solo le dije que tenía un novio. Volvimos a tener sexo y al finalizar nos vestimos y salimos a comer helado.
Una vez que terminó el trabajo, lo llevé a mi casa y allí, aprovechando que no había más nadie, nos besamos. Pasaron varios días sin verlo, yo seguía saliendo con Carlos, y una noche sentí la necesidad de ver a ese señor, lo llamé para vernos, y me dijo que no podía salir, que su esposa había salido y cuidaba a su hija menor. Pero mi lujuria por estar con él me impulsó a visitarlo en su apartamento, allí nos besamos mientras su hija jugaba. Me llevó a una habitación, y de una forma rápida me cogió. Mientras me cogía sonaba el teléfono, era Carlos. Terminamos y al salir llamé a Carlos, me dijo que me esperaba en mi casa. Al llegar a casa salí con Carlos, y fuimos a un auto motel, quería más acción ya que había quedado con hambre de sexo, era la primera vez que tuve sexo con dos hombres un mismo día.
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