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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Novia virgen
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Conocí a Gina cuando vino a estudiar un verano. Hubo una atracción instantánea entre los dos, a pesar de que yo era 30 años mayor que ella.

La llevé a cenar y nos llevamos muy bien. Le pregunté si vendría conmigo si reservaba una habitación. Me dijo que sí, pero que todavía era virgen y que pensaba seguir siéndolo hasta que se casara.

Fuimos la habitación reservada y subimos en el ascensor. En cuanto se cerraron las puertas, la atraje hacia mí y la besé. Fue como una pequeña descarga eléctrica y ella también lo sintió. Mi lengua estaba en su boca y ella me la chupó. El ascensor se detuvo y entramos en la habitación. El castellano de Gina era bueno, pero no muy perfecto.

Nos volvimos a besar y empecé a desnudarla, le quité la chaqueta y la blusa, tenía las tetas pequeñas, pero sus pezones delataban su grado de excitación. Metí la mano por debajo de sus jeans y alcancé un coño peludo. Mi corazón se aceleró, me encantan los coños peludos. A veces me pregunto si la moda de afeitarse o depilarse fue difundida por algún pedófilo, para poder imaginarse que se follaba a una niña de 9 años.

Acosté a Gina en la cama, y le quité los vaqueros y las bragas.

― No pongas tus dedos dentro de mí, gordito ―dijo ella pero no me ofendí aunque no era gorda. Le besé la boca, la barbilla y luego pasé a sus tetas, sus pezones estaban duros y se estremeció cuando se los mordí. Llevé mi mano a su coño peludo― Voy a acariciarle los labios de tu coñito ―Mis dedos separaron sus labios y me sorprendió la cantidad de jugo que ya había generado. Pasé los dedos por sus labios y luego busqué su clítoris. Ella se estremeció debajo de mí. Le chupé los pezones y jugué con su clítoris hasta que tuvo un violento orgasmo. Me levanté y empecé a desvestirme. Cuando me quité los calzoncillos, Gina pudo ver lo empalmado que estaba y preguntó― ¿Puedo tocarlo?

Me subí a la cama junto a ella y le dije― Sírvete tú misma.

Me agarró la polla y me dijo ―Nunca he tocado una.

No tenía motivos para no creerla, ya que la agarraba como si fuera el mango de una pala de tenis de mesa. Tomé su mano en la mía, la volví a poner sobre mi polla y empecé a mover su mano hacia arriba y hacia abajo de mi polla. El líquido preseminal rezumaba de la punta de mi polla y le dije― Eso es para ti ―Le pregunté qué había hecho realmente con los chicos, y me dijo que había besado y dejado que un chico le tocara las tetas, pero que nadie le había hecho sentir lo que yo le había hecho sentir. Luego, con toda naturalidad, me dijo de nuevo― Seguiré siendo virgen el día de mi boda, después de lo que me has hecho, puedes hacer todo lo que quieras.

Estaba a punto de correrme, así que aparté su mano de mi polla y me bajé de la cama― Siéntate en el borde de la cama, quiero correrme en tus tetas.

Hizo lo que le pedí y me corrí en sus tetas.

― ¡Guau! Está caliente ―dijo

― Abre la boca, Gina ―Lo hizo y acerqué la polla a su boca― ¡Chúpame la polla Gina!

Gina chupó, no muy bien pero me la chupó. Saqué mi polla de su boca, y le dije― ¿Cómo sabe? ―Gina dijo que sabía bien, pero salado y luego procedió a limpiarse el semen de sus tetas, y lamerse los dedos.

Separé sus piernas y puse mi cabeza entre ellas comiéndole el coño. Sus jugos fluían muy rápido y abundante, y tenían un sabor divino. Ansiaba follarla, pero sabía que no podía. Gina saltó de la cama, me cogió de la mano y me llevó al baño― Tengo una fantasía, gordita, no pensé que se lo diría a alguien, pero quiero hacerlo ―Abrió el grifo de la ducha y ambos nos metimos en la bañera.

― ¿Cuál es tu fantasía Gina?

― Mi fantasía es que estoy en la ducha con mi amante y estamos follando de pie, cuando mi amante se corre dentro de mí libero el contenido de mi vejiga sobre su vientre.

― Entonces es una pena que pretendas ser virgen, cuando te cases, porque me encantaría hacer realidad tu fantasía.

Gina me sonrió ― Me olvidé de mencionar que mi amante me follaba por el culo― dijo y me pasó el jabón.

Besé a Gina, y empecé a enjabonarle el culo, metí un dedo con bastante facilidad, la incliné y jugué con su clítoris con una mano mientras metía y sacaba mi dedo de su culo. Gina, empezó a pellizcarse los pezones, le metí otro dedo en el culo y seguí masajeándole el clítoris, sabía que una vez que tuviera tres dedos en su culo, podría meterle mi polla, así que le dije― Voy a meterte la polla en el culo pronto, y empezaré a follarte, una vez que te haya aflojado me sentaré en el borde de la bañera y podrás ponerte de cara a mí y a horcajadas y te meteré la polla en el culo otra vez, y entonces podrás follarme.

Gina gimió ante la sola idea de su primera polla en el culo. Empujé la cabeza de mi polla contra su culo, y Gina se tensó inmediatamente― Relájate Gina, seré muy cuidadoso ―y acaricié su clítoris un poco más. Gina relajó el culo y el extremo de mi polla se deslizó dentro de ella.

¡Oh, oh, oh! ―gimió.

― Acostúmbrate, nena, y relájate.

Gina se relajó y yo introduje otro centímetro más dentro de ella. Los jugos salían de su coño así que le dije que se frotara el clítoris y probara lo dulce que era el jugo de su coño. Gina tenía algo más en lo que pensar ahora así que mientras se chupaba los dedos le metí el resto de la polla dentro de ella.

― Buena chica Gina, tienes casi toda mi polla en tu culo ―No era una polla enorme así que no era un gran logro, pero quería hacérselo saber.

― Me está ardiendo, gordito.

― No te preocupes pronto te acostumbrarás ―y empecé a mover mi polla dentro y fuera de su apretado culo, Gina se estremeció un poco al principio pero pronto se acopló a mis movimientos devolviéndomelos.

― No puedo creerlo, gordito no puedo creer que tenga tu polla en mi culo y tus pelotas golpeando mis nalgas. Es tan jodidamente muy agradable. Fóllame más fuerte, gordito, pero no te corras dentro de mí todavía". La follé con más fuerza y empezó a tener un orgasmo, los jugos de su coño corrían por mi mano y por sus piernas, ahora se agitaba contra mí. Sentí una agitación en mis pelotas.

Saqué mi polla de su culo y me senté en el borde de la bañera y Gina se giró y se sentó a horcajadas sobre mí, se introdujo mi polla en su culo y empezó a follarme con fuerza. Con los brazos alrededor uno del otro, y con Gina chupándome la lengua, me corrí por segunda vez. Tan pronto como Gina sintió el chorro de semen en su culo empezó a mear. Me cayó un chorro caliente por todo el vientre y Gina soltó un grito. Colapsó su cuerpo sobre mí, estremeciéndose y gimiendo. Permanecimos así durante unos minutos y luego Gina se apartó de mí. Entonces empezó a enjabonar mi polla y dijo― Quiero limpiar eso antes de metérmela en la boca otra vez.

AngelBD

 

 

Historias con Gina

Estos son unos relatos de AngelBD donde nos narra sus aventuras sexuales con Gina una joven mujer a la que conoció virgen.

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