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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Polvo de mi esposa con un desconocido
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La historia comienza porque siempre quise ver a mi esposa montando otra polla. Así que organicé una agradable cena en un restaurante local. Después de la cena le iba a hablar a mi esposa sobre mi fantasía.

Llegamos al restaurante, que esa noche hacía un especial de coctelería, así que esa una buena oportunidad para que mi esposa se emborrachara. Pedimos la primera ronda de cócteles que a ella le encantan esas bebidas y durante la cena empezamos a hablar. Yo empiezo  y a dibujar en su mente lo que quiero con mi fantasía. Puedo ver en su cara que no puede entender por qué yo querría eso, pero no dice que no, no se niega. Terminamos la cena y la charla y puedo comprobar que está bastante borracha.

En el coche, de camino a casa la veo enviando muchos mensajes de WhatsApp, pero no le pregunto a quién se los está enviando. Llegamos a casa y me dice que ha estado bajo mucha presión en el trabajo, y que la cena, las bebidas y nuestra charla la ayudaron a quitarse parte del estrés  y me pide que me siente es una silla.

— Vamos a divertirnos un poco — me dice.

Así que me siento, va a nuestra habitación y regresa con una venda para los ojos y un arnés para atarme.

—¿Para qué es eso? —le pregunto.

— No te preocupes, que será divertido —dice.

Así que me ata a la silla y luego se pone la venda. Luego me pone un trozo de cinta adhesiva en la boca, y ahora ni siquiera puedo hablar ni gritar.

La oigo caminar por la casa y luego oigo ruidos como si se estuviera cambiando de ropa. Luego oigo el sonido de alerta de un mensaje de WhatsApp, y poco después un mensaje de texto en su teléfono y oigo la puerta principal abrirse y cerrarse. La siento caminar a mi lado y entrar al dormitorio. Me pregunto quién estaba en la puerta y si entraron.

Unos segundos después, la oigo acercarse y me dice—Necesito aliviar un poco el estrés, no te preocupes, sabrás en qué momento el estrés desaparecerá.

—Ven —la oigo decir después.

Mi cabeza empieza a preguntarse ¿A quién dijo ven, quién está en el dormitorio con ella?

Oigo como suena a cama. Lo siguiente que noto es que mi corazón se acelera cuando oigo una respiración pesada y un ligero gemido. Luego empiezo a oír movimientos de arriba hacia abajo o de atrás hacia adelante y hacia atrás. Los gemidos empiezan a subir de nivel  y todo ese ruido lo produce mi esposa. ¡Se está follando a alguien en nuestra cama!

Mi polla está se ha puesto tan dura que hasta me duele. Me imagino a mi esposa montando una polla que no es mía y disfrutando.

Los gemidos se hacen más y más fuertes. Oigo el chirrido de nuestra cama como si se estuviera follando a esa polla con energía. Trato de escuchar para saber si el pene que  la está montando responde a sus gemidos. No oigo nada, pero de nuevo empiezo a oír un gemido bajo. Entonces empiezo a oírla gemir al montar esa polla desconocida y parece que está disfrutando mucho. Oigo ruido de chupar, parece que las cosas se están poniendo realmente calientes y mi polla ya no puede resistirse más y me están calambres. Empiezo a oír que nuestra cama se mueve cada vez más fuerte y el chirrido del somier me hace saber que ella está montando fuerte esa polla. Los gemidos de mi esposa suenan fuerte. Ella grita— ¡Oh, sí, sí, síiiii! — Y entonces suena como si ella corriera con intensidad.

Luego solo oigo el silencio,  no oigo nada más ni de mi esposa ni de nadie más. Parece como si se hubiera quedado dormida y me hubiera dejado allí para sufrir. Pasan unos minutos y oigo que alguien se levanta de la cama y pasa a mi lado, luego oigo la puerta principal abrirse y cerrarse después. Entonces oigo a mi esposa venir y ponerse detrás de mí para aflojar las ligaduras y quitarme la cinta de la boca. Cuando me quita la venda de los ojos dice que soy libre de irme. Me levanto y no digo ni una sola palabra. La miro y veo que lleva un camisón nuevo, muy corto, transparente y sexy. Se vuelve y se va directa a la cama y me deja con una gran erección y  sin poder dejar de pensar en lo que acaba de pasar.

Me pongo el pijama y me acuesto a su lado intentando calmar la erección pero ella me sujeta  la mano y ahora sé que no habrá sexo para mí esta noche. A la mañana siguiente, no nos decimos nada  y ella se va al trabajo antes que yo. A media mañana decidí enviarle un mensaje y preguntarle cómo lo pasó la noche anterior y recibí la respuesta de— Fue genial —Y luego escribió— Me corrí dos veces.

Le pregunté si podía saber con quién se acostó la anterior noche en nuestra cama. Ella respondió burlonamente— ¿Te gustaría saber a quién tenía entre las piernas follándome tan bien?

— Si, me gustaría saberlo —le dije.

Ella volvió a responder— Quizás algún día, pero para que lo sepas, ahora no puedo recordar la cara pero sí la polla.

DSL

Otro relato ...




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