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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Tres de viaje
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—¿Por qué viene? ¿Tiene que viajar con nosotros? —casi gritaba.—Se suponía que era un viaje solo por nosotros.

—Pues porque tiene una entrevista de trabajo y necesita ir —respondió Carla.

—Pues entonces puede tomar un autobús, un tren o un avión — dije en voz alta.

—Pagará el viaje a su manera y será una buena compañía para un viaje tan largo —argumentó Carla.

—Si tiene una entrevista es cosa suya —continué quejándome—Además antes te lo follabas.

—¡Ya está bien! Eso fue hace mucho tiempo, y además, tú eres el que me enseñó todo sobre el sexo, muchachote —afirmó Carla.

Así que cargamos el auto con el equipaje de los tres e iniciamos un largo viaje de tres días. Éranos Carla, uno de sus antiguos novios o amantes, la diferencia es irrelevante, y yo. Cada vez que le decía algo a Carla, Marco decía— Si te hubieras casado conmigo, te habría comprado eso para ti!.

Ya me tenía harto, había ya colmado toda mi paciencia para el día, así que le dije—Mira, pesado, le compro todo lo que quiere y necesita, y la trato como una reina.

Él me respondió— Sí, y si ella estuviera casada conmigo, la trataría como a una .diosa,

Exasperado, de un frenazo y  detuve el auto al borde de la carretera para obligarlo a bajarse dándole una patada en el culo.

Carla me miró, sacudió la cabeza y dijo— Escúchenme los dos, me gustan los dos, pero estoy enamorada de Pepe, me casé con él y me trata genial. Este va a ser un largo viaje, así que intentemos divertirnos y  disfrutarlo.

Ambos acordamos comportarnos y no enojarnos el uno con el otro ni discutir. Al rato, Carla comenzó solicitar que nos detuviéramos en la próxima área de servicio porque tenía algo de hambre y sed. Tan pronto como detuve el auto, Marco se apeó rápidamente y le abrió la puerta a Carla, la agarra y comienza a llevarla de la mano a la tienda. Yo ya estaba a punto de vomitar sapos y culebras por la boca cuando Carla me toma a mí también de la mano, y así entramos los tres a la cafetería.

Nada más entrar en el edifico, había una zona de regalos, Carla curioseando encontró un collar del que se enamoró, así que me escapé y se lo compré, lo metí en una caja pequeña y me lo guardé en el bolsillo. Luego conseguimos algunos bocadillos con refrescos y volvimos a la carretera.

Llevábamos unos pocos kilómetros recorridos cuando Marco le entregó a Carla una cajita—Aquí tienes, Carla, te he comprado algo —dijo.

Cuando Carla lo abrió dio un gritito de alegría ¡era el collar que había estado mirando en la tienda de regalos. Eso nuevamente me enfureció pero recordando las palabras de Carla, decidí meter la mano en mi bolsillo y darle a Carla otra pequeña caja con el mismo collar.

—Os quiero a los dos —dijo Carla.—Ahora, si pierdo uno, tendré otro de reserva.

Eso me enfadó mucho pero al otro le puso una enorme sonrisa en su estúpida cara que le duró hasta que llegamos al lugar donde pasaríamos la primera noche del largo viaje. Nosotros no tuvimos ningún problema para tomar habitación pero Marco tenía problemas porque parece que no confirmó la reserva y no había habitaciones disponibles. Le dije que el asiento trasero del auto sería muy cómodo para él,  pero Carla intervino para decir que podía quedarse en nuestra habitación. No dije nada pero no me gustó en absoluto.

Descargamos nuestras casas durante la noche y fuimos a la habitación, ya era bastante tarde. Cuando llegamos a la habitación, Marco dejó en claro que no podía dormir en el suelo porque tenía una lesión en la espalda.

—Yo tengo habitación y no voy a dormir en el suelo, Carla tampoco va a dormir en el suelo —le dije muy enfadado.

—Todos somos adultos aquí y podemos compartir la cama que es lo que vamos a hacer —Dijo Carla en tono serio. Luego, después de mucha discusión, se decidió que Carla dormiría en el medio.

Mientras Carla iba al baño para ponerse la ropa de dormir, yo me puse mi pijama de pantalones cortos y le dije a Marco que debería irse y vestirse para dormir.

—¡Oh! yo duermo desnudo —respondió.

—¿Qué tal si no esta noche, está bien, amigo? —le dije.

—Bueno, está bien, lo intentaré, pero me podría ser difícil dormir así, y es posible que te tengas que acostumbrar, amigo, planeo alejar a Carla de ti.

—No lo tendrás fácil, te mandaré al infierno y patearé tu puto trasero.

En ese momento, Carla salió del baño— ¿Cuál es tu problema, Pepe, no puedes ser amable por unos cinco minutos? —dijo,

Traté de explicarme pero no fui convincente y ella no quiso escuchar más.

Después nos acostamos, Marco a la izquierda, Carla en el centro y yo a la derecha. Carla tenía su brazo alrededor de mí con sus buenas firmes tetas presionando contra mi espalda, justo como me gusta dormir.

Al poco, justo en el momento que estaba a punto de dormirte, noté la mano de Carla en mis pantalones masajeando mi polla que inmediatamente creció. Así que me acerqué para sentir su coño, y cuando lo hice ya había una mano allí. Me sobresalté un poco y ella me susurró— Déjalo estar, deja que sea todo para Carla, ¿De acuerdo? ¡Divirtámonos!

Así que pensé— ¡Qué demonios! él ya la había follado mucho antes de que yo la conociera, ¿Una vez más que mal podría causar? Dejaré que esta noche se diviertan —

Así que me di la vuelta para mirar a Carla, y la coloqué sobre su espalda, donde luego le quité suavemente la parte superior de su ropa de dormir y comencé a chupar su teta derecha. Entonces Marco comenzó a chupar su teta izquierda al mismo tiempo. Ya había dos dedos en su coño, así que comencé a frotarle el clítoris. Ella comenzó a gemir y pude sentir su coño haciendo el pequeño baile que hace cuando está realmente excitada; Carla lo estaba disfrutando. Marco metió otro dedo más dentro de ella y ahora la estaba follando con tres dedos.  Esto le provocó más excitación y ya estaba a punto de gritar de placer. Mientras le frotaba el clítoris podía sentir su jugo saliendo de su húmedo coño mientras bailaba sobre nuestros dedos. Ese jugo se volvió muy intenso y fuerte mientras gemía y su cuerpo temblaba, luego se relajó. Rodé sobre mi espalda y Carla se subió encima de mí en la posición del sesenta y nueve y comenzó a chuparme la polla que tenía súper dura. Yo empecé a lamer los jugos que goteaban de su coño. Marco se arrastró detrás de ella y  con su lengua comenzó a follar su culo.  Supongo que esto era algo que nunca antes había hecho. Le lamían el coño y le chupaban el culo al mismo tiempo. No pasó mucho tiempo hasta que no pude seguir el ritmo de su zumo de amor, que salía de su caliente coño, pero lo intenté. Marco mantuvo su lengua follándole el culo mientras Carla gemía y hacía que su cadera bailara en nuestras caras. Después de que ella vino esta vez y yo le dije que ya era hora de que jodiéramos esa caja de amor metiéndosela por el coño. Ella estuvo muy de acuerdo—Quiero que me folle cada uno de ustedes, uno tras otro, sin parar ¡Y quiero ahora! —dijo Carla.

Me arrastré y deslice mi polla dentro de su jugoso coño que inmediatamente comenzó a bailar para mí, temblando, retorciéndose, chupando.

—¡Oh!  qué bien, que gusto da, que bien se siente —decía Carla mientras yo continuaba bombeando dentro y fuera, luego la oí gemir, y la sentí retorciéndose debajo de mí. Justo en el momento en que ella comenzó a correrse, entregué una caliente carga de mi semen profundamente dentro de su muy mojado jugoso coño. Cuando deposité mi última gota dentro de ella, me retiré y cuando lo hice, Marco ya estaba deslizando su polla en su agujero de amor, bombeando duro y acariciándola, entrando y saliendo. Mientras la follaba, me acosté junto a ella y comencé a besarla profundamente, y me incliné y comencé a frotar su clítoris mientras Marco la follaba, casi tan pronto como comencé a frotar su clítoris comenzó a gemir realmente fuerte y esta vez gritó—"¡Oh Dios! ¡Fóllenme! ¡Mucho más, mucho más!

Entonces sentí que sus jugos volvían a salir de su coño bien follado, y Marco se puso rígido mientras bombeaba su propia carga de semen en lo profundo de su coño,

Acabamos y cada uno se dejó caer sobre la cama dónde pudo y nos quedamos dormidos. Cuando llegó el amanecer, nos levantamos, nos duchábamos, cargamos el automóvil y luego fuimos a tomar el desayuno y continuamos viaje.

Al final de ese día, Marco ya se quedó directamente con nosotros en la habitación y pasó lo mismo pero a Carla también la follamos por el culo. Cuando llegamos a nuestro destino, Marco fue a su entrevista y no lo hemos visto desde entonces.

CyJ

Otro relato ...




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