El año pasado, mi esposa hizo su viaje anual a la playa sin mí, ya que no me gusta el mar.

Alrededor del quinto día, un hombre de unos cuarenta años iba caminando por la playa y se detuvo donde ella estaba tomando el sol e inició una breve charla, mencionando que era su último día en la playa. Como era un lugar muy público, mi mujer no tuvo inconveniente en responderle. Al final, la invitó a su habitación.

El desconocido estaba físicamente muy bien y era más joven que ella y que mi mujer se mostró interesada, pero también le preocupaba la seguridad. Además, a ella le gusta mucho tumbarse en la playa al sol durante todo el día. El hombre le dijo que iba a pasear hasta el final de la playa y a la vuelta, pararía con ella para ver si para entonces quería comer con él.

Después de que el hombre se marchara, ella me llamó por teléfono al trabajo para charlar y casualmente mencionó que un desconocido se le había insinuado. Como quizás no sea necesario resaltas, soy un poco friki, así que le dije― Bueno, ¿por qué no lo hiciste? ―Ella alegó que ni siquiera sabía su nombre, ni de dónde era, ni nada.

Como había anunciado, unas dos horas más tarde, el desconocido volvió, pero en lugar de irse a cenar, sugirió que se fueran en su habitación. Ella protestó pero él la tranquilizó alegando la cantidad de gente que les había visto hablar y le dijo que, como estaba en la playa, estaba bastante segura.

Ella, que estaba reclinada y él de pie, observó su paquete y se excitó pero se hizo la desinteresada.

Luego, en la habitación, ella cogió una toalla y ropa y se fue a la ducha mientras él la esperaba en la sala. Durante la ducha aprovechó el agua caliente y sus dedos para ponerse muy cachonda fantaseando con el desconocido que la esperaba en la habitación.

Terminada la ducha, se secó, se perfumó y se aplicó una crema aromatizada en el coño afeitado. A continuación, me envió un mensaje diciéndome que no la llamara porque muy probablemente iba a tener sexo, mencionando que todavía no sabía su nombre ni nada.

Luego colgó el teléfono y salió del baño completamente desnuda. Se acercó al desconocido, le bajó el bañador, liberándole la polla que se endureció rápidamente, y sin decir nada, empezó a chuparle la polla que tenía sabor a sal marina.

Ella no pudo hacerme un relato exhaustivo de lo que pasó pero me aseguró que aquella polla resultó haber sido muy bien chupada, hasta que se corrió en todo su pecho. Si me dijo que, él agarró una toalla y suavemente le limpió el semen del pecho, y que luego le comió hábilmente el coño. Luego, cuando terminó, y poniéndose duro de nuevo, la folló― Duro y bien ―como ella me dijo durante unos 20 minutos, o más, hasta que se corrió gimiendo mientras se corría en el interior del coño de mi esposa.

Luego ambos se dejaron caer sobre la cama, y después de descansar un poco, le dio las gracias por el buen rato que había pasado, pero tenía que prepararse para el vuelo de regreso, se puso el bañador y dejó a mi mujer desnuda sobre la cama, sin todavía saber su nombre, y con su semen saliéndole del coño y corriendo por sus muslos.

BLM4B

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