Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Chicas universitarias
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Vivo en una ciudad universitaria, y he descubierto que muchas chicas universitarias no quieren relaciones complicadas que les quiten su valioso tiempo, sólo quieren lo que quieren, y cuando lo quieren. Ahí es donde entro yo.

Un buen amigo mío es dueño de un hotel y me deja una habitación cuando quiera y por el tiempo que quiera.

Frecuento el bar de este hotel todas las noches a partir de las 21:00 horas, y me siento en una mesa reservada para cuatro personas, porque es el máximo que quiero entretener en un momento dado. Suelen acompañarme dos chicas que salen juntas en busca de diversión, a veces son tres.

Soy bastante conocido en la Universidad, o más bien lo es mi personaje. Soy el tipo que te paga las copas toda la noche y luego te proporciona múltiples orgasmos, ¿Qué no te va a gustar?

Esa noche es jueves y se me han unido dos jovencitas primerizas llamadas Rosa y July. Son gemelas y bastante encantadoras. Son muy habladoras, divertidas y muy risueñas.

― No sabíamos si realmente existías ―dijo Rosa.

― Pensábamos que las otras chicas te estaban inventando ―dijo July.

― Así que tuvimos que venir a comprobarlo por nosotras mismas―añadió Rosa.

― ¿Y qué dijeron las otras chicas sobre mí? ―pregunté.

― Que eras muy simpático, extremadamente guapo y que eras un experto en dar múltiples orgasmos a una chica ―susurró July.

― Bueno, esperemos que pueda estar a la altura de mi reputación, ¿qué os apetece beber, chicas?

Las dos pidieron un vino blanco, le envié un mensaje al camarero con su petición, especificando un Albarín que me pareció particularmente bueno para reducir las inhibiciones. Sabía que aquellas chicas habían ido allí para ser folladas, pero no hace ningún daño iniciar el proceso de la manera más tradicional.

Las dos chicas se quedaron impresionadas cuando las bebidas aparecieron de repente en la mesa.

― Nunca hemos tenido un orgasmo ―dijo Rosa― Así que queríamos compensarlo esta noche.

― De acuerdo entonces ―dije― vamos a investigar un poco. ¿Qué habéis hecho sexualmente, y qué os gustaría hacer? July, tú primero.

― Bueno, las dos hemos hecho lo mismo, así que… Nos hemos masturbado nosotras mismas y con nuestros novios, las dos podemos meter tres dedos. Hemos chupado pollas, y follado en diferentes posiciones, nuestra favorita es el perrito, pero siempre fingimos tener un orgasmo.

― ¿Os habéis masturbado alguna vez la una a la otra, u os habéis comido el coño? ―Pregunté.

― ¡Oh no! ―dijo Rosa casi atragantándose con su vino.

― La noche es joven ―le contesté.

Luego charlamos durante una hora más o menos, las chicas venían de una pequeña ciudad donde no pasan muchas cosas, eran las hijas gemelas de una pareja de clase media, y muy brillantes en los estudios.

Estaban muy dedicadas a sus estudios, pero eran unas jovencitas llenas de necesidades sexuales, y cuando algunas chicas les hablaron de mí, quedaros ansiosas por conocerme y aprovecharse de mis habilidades. Esta era la séptima vez que venían, pero la primera vez que mi mesa estaba disponible.

― Vamos, chicas ―les dije mientras me levantaba y les acercaba las sillas, les rodeé los hombros con mis brazos y ellas se rieron mientras nos dirigíamos al ascensor.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron, atraje a Rosa hacia mí y la besé con fuerza, forzando mi lengua dentro de su boca. Se quedó sin aliento cuando me separé, e hice lo mismo con su hermana July. El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, siempre tenía una habitación, que requería el ascensor, y eso me daba la oportunidad de excitar aún más a las chicas.

Entramos en la habitación que estaba al final del pasillo y no tenía habitaciones a los lados, así que las chicas podían ser tan ruidosas como quisieran o pudieran.

Empujé a las chicas contra la pared, besándolas de una en una y tocando las tetas de la otra. Luego puse música. Me senté en el sofá y pedí a las chicas que se desnudaran para mí. Las chicas se rieron nerviosas un poco pero empezaron a desnudarse para mí. Las chicas eran muy buenas bailarinas, y ambas estaban disfrutando de su actuación.

Las observé atentamente y me quité la ropa al mismo tiempo, aunque no al ritmo de la música, debo añadir…

AngelBD

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.