Paula me llamó al día siguiente de la fiesta por el cumpleaños de Mario, para recordar el lindo momento compartido con Edgar y Carlos.

― Estoy sorprendida ― Dijo.

― ¿Qué te sorprendió Paula? ―Pregunté.

― Entendí por qué juegan a las amazonas y los caballos ―Y rápidamente comenzó diciendo―

Tú novio Carlos ¡Lo tiene como un caballo!

No pude evitar reírme y le respondí― Si, es gruesa, pero él es muy suave y tierno. Lo disfruto mucho.

― ¿Suave y tierno? Me lo metió todo de un envión. Regresé dolorida a mi casa. Edgard volvió deseoso de cogerme el culo. A la noche estaba con su pene muy duro. Debí ofrecerle mi chiquito para que se descargase. También me dijo, que hacerlo con vos, fue maravilloso. Que tu cuerpo es muy suave, caliente y sensual. ―agregó Paula

Pregunté a Paula por las otras chicas y respondió― Suli estuvo todo el tiempo junto a Mario y cuando estuvieron solos, le hizo mucho sexo oral. Hasta que le llenó la boca de crema, me lo dijo ella. ―luego añadió― Cuando fuimos a la piscina Romi volvió a su toalla en el césped pero acompañada por Jorge. Me dijo que hizo topless y que él, estando tendido junto a ella, se las arregló para penetrarla desde atrás sin quitarle el bikini, son un par de tontitos prejuiciosos.

Cuando Paula se calló, aproveché la pausa para preguntarle― ¿Te agradaría jugar otras veces con nosotros, tu novio y otra gente?

― Me gusta la idea de estar desnuda entre desnudos y dejar fluir mis deseos sin prejuicios. Disfrutar el sexo sano frente a Edgard y aceptar que él también disfrute. El amor también pasa por desearle lo mejor a quien quieres ― respondió.

― Me gustan mucho tus definiciones y como piensas, Paula ―Dije.

Y ella continuó diciendo― Suponte que Edgard me dijera que quisiera que se la chupe mientras te brinda un rico oral, yo debo aceptarlo gustosa. ―Luego añadió― O en mi caso, si le dijera a Edgar que quisiera que él y Carlos me hagan doble penetración, lo aceptaría, porque es mi deseo. No una imposición de ellos.

Paula me pareció una chica sincera en sus apreciaciones y tiene una relación sana con Edgard. Por eso decidí contarle que no soy novia de Carlos.

Le dije que su amante se llama Elisa, que es una mujer casada un poco mayor que él. Tiene muy buena onda conmigo y hemos viajado juntas en dos ocasiones. También le dije que Carlos la había en la playa hacía dos años.

― Conocí a Edgard donde almorzábamos, cerca del puerto, su lugar de trabajo estaba próximo al mío. Él estuvo casado siete años. ―dijo Paula que agregó― Yo aún soy libre, ya llegará ese momento llamado casamiento.

― Sos hermosa Paula ―Dije y continúe contándole― Ya cumplí treinta y tres años. Me encanta el sexo libre. No sé si algún hombre tolerará mi manera de ser a menos que sea otro volado como yo.

Paula me interrumpió― Tengo veintiséis años. Edgard, cuarenta y tres.

― Ayer te hizo gozar un hombre de cincuenta y cuatro ―apostillé.

A lo que ella me respondió― No gocé con sus cincuenta y cuatro años. Fue su miembro y como lo usa. Para que te lo digo, si tú lo sabes mejor que yo, querida Belu.

Me reí mucho, pero no me atreví a decirle que Carlos ya me había entrado por donde él lo deseó y me límite comentar― Carlos también enloqueció por ti, me dijo que sería maravilloso lograr hacerlo contigo, sentir el fuego de tus entrañas, llenarte de caricias, y vaciarse en tí hasta no poder más.

― ¡Que romántico! ―Dijo Paula que agregó― Tendría que estar muy caliente yo para permitirle entrar por atrás con tremenda cosa.

Me reí y le dije― Yo decía lo mismo que vos.

― Paula sorprendida dijo. ¿Acaso ya lo hizo contigo?

Asentí con la cabeza, pero ella no podía verme desde el otro lado de la línea telefónica y dijo― Bueno yo lo hago con Edgard y no lo tiene para muñequitas principiantes.

Las dos nos reímos al mismo tiempo, luego dije― Los juegos previos, l Las caricias y los masajes en el lugar justo son necesarios, para que te genere confianza tú pareja, saber que no busca lastimarte es esencial para poder gozar y hacerlo gozar.

Luego Paula pregunto― ¿Crees que Carlos nos invitará nuevamente a su casa para jugar en la piscina?

― Si, que los invitará, quedó como lobo hambriento, relamiéndose por ti. Haz que Edgard acepte venir contigo. Quizás sea pronto y seamos más de dos parejas ―Respondí animándola a querer volver.

Paula dejó escapar un suspiro y su risa nerviosa, me indicaban sus muchas ganas de hacerlo con mi amigo. Para finalizar le dije― Paula, quizás puedan venir muy pronto dos amigas y un amigo más. Creo que Carlos le pedirá a Edgard que vuelva contigo.

―Nos volvemos a comunicar, besitos para ambos.

― Te quiero.

― Llámame cuando quieras.

Belu.

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