La Página de Bedri
·-Canciones-·
Joan Manuel Serrat
CancionesEnlaces recomendadosLa página de BedriCancionesDe Serrat que hay poco que contar y al mismo tiempo mucho que decir. He querido poner alguna de sus canciones, una de tantas porque son muchas las que me gustan y han tenido un lugar entre mis sentimientos. He querido empezar con una muy especial, con Cantares , creo que lo digo todo. Tu nombre me sabe a hierba y a un montón de cosas más. Esta canción me recuerda algo muy concreto y a alguien también. Soy norteño, mi mar es más bravo, tiene otra personalidad, pero ese Mediterráneo también es mi mar. Penélope tiene un significado muy especial para mi. Alguien, alguna vez, fue Penélope. Allí sigue ella con su bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón. También tuve o mejor aún tengo una Lucía y a ella quiero decirle Que no hago otra cosa que pensar en ti . He querido poner otra canción que muchos hemos cantado, esta vez a viva voz, pese a que molestaba o quizás la cantábamos por eso, Españolito fue la letra de muchas tardes junto con Para la libertad y muchas otras. Una de piratas se enmarca también en las sensaciones de esa época.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre el mar. Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón. Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse... Nunca perseguí la gloria. Caminante son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar. Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." Golpe a golpe, verso a verso. Murió el poeta lejos del hogar. Le cubre el polvo de un país vecino. Al alejarse le vieron llorar. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." Golpe a golpe, verso a verso. Cuando el jilguero no puede cantar cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." Golpe a golpe, verso a verso.
Por qué te quiero a ti
por qué te quiero, cerré mi puerta una mañana y eché a andar. Por qué te quiero a ti por qué te quiero, dejé los montes y me vine al mar. Tu nombre me sabe a yerba de la que nace en el valle a golpes de sol y de agua, tu nombre me lleva atado en un pliegue de tu talle y en el viés de tu enagua. Por qué te quiero a ti por qué te quiero, aunque estas lejos yo te siento a flor de piel. Por qué te quiero a ti por qué te quiero, se hace mas corto el camino aquel. Tu nombre me sabe a yerba de la que nace en el valle a golpes de sol y de agua, tu nombre me lleva atado en un pliegue de tu talle y en el viés de tu enagua. Por qué te quiero a ti por qué te quiero, mi voz se rompe como el cielo al clarear. Por qué te quiero a ti por qué te quiero, dejo esos montes y me vengo al mar
Quizás porque mi niñez
sigue jugando en tu playa y escondido tras las cañas duerme mi primer amor, llevo tu luz y tu olor por dondequiera que vaya, y amontonado en tu arena guardo amor, juegos y penas. Yo, que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul para que pintes de azul sus largas noches de invierno. A fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura. A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino. Soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino, Tengo alma de marinero. Qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo. Y te acercas, y te vas después de besar mi aldea. Jugando con la marea te vas, pensando en volver. Eres como una mujer perfumadita de brea que se añora y se quiere que se conoce y se teme. Ay, si un día para mi mal viene a buscarme la parca. Empujad al mar mi barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas. Y a mí enterradme sin duelo entre la playa y el cielo... En la ladera de un monte, más alto que el horizonte. Quiero tener buena vista. Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista. Cerca del mar. Porque yo nací en el Mediterráneo.
Penélope
Con su bolso de piel marrón. Y sus zapatos de tacón. Y su vestido de domingo. Penélope, se sienta en un banco en el andén. Y espera que llegue el primer tren. Meneando el abanico. Dicen en el pueblo, que un caminante paró su reloj una tarde de primavera. Adiós, amor mío, no me llores, volveré antes que de los sauces caigan las hojas. Piensa en mí volveré por ti. Pobre infeliz se paró tu reloj infantil una tarde plomiza de abril cuando se fue tu amante. Se marchitó en tu huerto hasta la última flor. No hay un sauce en la calle mayor para Penélope. Penélope tristes a fuerza de esperar sus ojos parecen brillar si un tren silba a lo lejos. Penélope uno tras otro los vé pasar, mira sus caras, les oye hablar, para ella son muñecos. Dicen en el pueblo que el caminante volvió la encontró en su banco de pino verde. La llamó Penélope, mi amante fiel, mi paz deja ya de tejer sueños en tu mente. Mírame soy tu amor, regresé... Le sonrió con los ojos llenitos de ayer. No era así su cara, ni su piel tú no eres quien yo espero y se quedó con su bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón sentada en la estación. Penélope....
Vuela esta canción
para ti, Lucía. La más bella historia de amor que tuve y tendré. Es una carta de amor que se lleva el viento pintado en mi voz a ninguna parte a ningún buzón. No hay nada más bello que lo que nunca he tenido. Nada más amado que lo que perdí. Perdóname si hoy busco en la arena una luna llena que arañaba el mar. Si alguna vez fui un ave de paso, lo olvidé para anidar en tus brazos. Si alguna vez fui bello y fui bueno, fue enredado en tu cuello y tus senos. Si alguna vez fui sabio en amores, lo aprendí de tus labios cantores. Si alguna vez amé. Si algún día después de amar, amé, fue por tu amor, Lucía. Lucía... Tus recuerdos son cada día más dulces. El olvido sólo se llevó la mitad, y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad, entre mi almohada y la soledad.
No hago otra cosa que pensar en ti
por alagarte y para que se sepa, tome papel y lápiz y esparcí las prendas de tu amor sobre la mesa. Buscaba una canción y me perdí en un montón de palabras gastadas, no hago otra cosa que pensar en ti y no se me ocurre nada. Enciendo un cigarrillo, y otro más, un día de estos voy a plantearme muy seriamente dejar de fumar, por esa tos que me entra al levantarme. Busqué, mirando al cielo, inspiración y me quedé colgado en las alturas, por cierto al techo no le iría nada mal una mano de pintura. Miré por la ventana y me fugué con una niña que iba en bicicleta, me distrajo un vecino que también no hacia más que rascarse la cabeza. No hago otra cosa que pensar en tí nada me gusta más que hacer canciones, pero hoy las musas han pasao de mí, andarán de vacaciones.
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza. Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza. Entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios.
Todos los piratas tienen
un temible bergantín, con diez cañones por banda y medio plano de un botín que enterraron en la orilla de una playa en las Antillas. Todos los piratas tienen un lorito que habla en francés, al que relatan el glosario de una historia que no es la que cuentan del corsario. Ni tampoco lo contrario. Por un quítame esas pajas te pasan por la quilla. Pero en el fondo son unos sentimentales que se graban en la piel a la reina del burdel y se la llevan puesta a recorrer los mares. Marchando una de piratas... Larga vida y gloria eterna. Para hincarles de rodillas hay que cortarles las piernas. Todos los piratas tienen atropellos que aclarar, deudas pendientes y asuntos de los que mejor no hablar. Se beben la vida de un trago y se ríen con descaro. Hasta que un día, temblando en la popa de un velero, la encuentran, y traicionando la ley del filibustero, no reclaman el rescate y rehuyen el combate. Cuando los piratas son hombres enamorados de una piel que huele a jazmines, rompen promesas con sus hermanos del ayer y huyen al amanecer rumbo a un puerto que aún no ha puesto precio a su cabeza. Marchando una de piratas ... Nadie doblegó su espada y bastó una mujer hermosa para cortarles las alas. No hay historia de piratas que tenga un final feliz. Ni ellos ni la censura lo podían permitir. Por la espalda, en una esquina, gente a sueldo los asesina.
Para la libertad
sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos. Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho: dan espuma mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas. Porque donde unas cuencas vacías amanezcan ella pondrá dos piedras de futura mirada y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada. Retoñarán aladas de savia sin otoño reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado, que retoño: aún tengo la vida. |
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