400 gr. de Pixín
2 huevos
Harina
aceite (mejor de oliva)
sal

El pixín (rape), limpio de piel y espinas se corta en trozos regulares, de forma cuadrada y tamaño mediano a pequeño, de bocado grande, se salan, se pasan por harina, se rebozan en huevo batido y se fríen en abundante aceite bien caliente hasta que alcancen un bonito color dorado.

Ir friendo de pocos en pocos y colocándolos sobre un papel absorbente, o papel de cocina, para que suelten la grasa sobrante.

Consumir templados acompañados de unos gajos de limón y si se desea de una salsa mayonesa.

Es recomendable elegir un rape de los llamados "negros", más sabrosos y contundentes que los conocidos como "blancos" o también "aguarones", de carnes menos firmes y más insípidas (dentro siempre de una calidad general que es alta en ambos casos).

En Tazones, donde  los fritos de pixín toman carta de naturaleza, es costumbre dejar el pixín pelado, secando al sol durante varias horas.