En el
envasado se deben mantener y cuidar las condiciones óptimas de
conservación para no deteriorar las cualidades del
aceite de oliva virgen obtenido, teniendo en cuenta que los
factores que favorecen la oxidación o enranciamiento del
aceite son:
La luz: Los
envases deben ser opacos, o si no conservarlos en la oscuridad.
La
aireación: Se debe evitar el contacto del
aceite con el aire.
La
temperatura: Los envases tienen que estar lejos de las fuentes de
calor como estufas, radiadores, cocinas, fuego, electrodomésticos en
funcionamiento, etc. y debe evitarse la exposición al sol.
Los
metales: Debe evitarse el contacto con metales como cobre, hierro, etc., ya
que actúan como catalizadores acelerando los procesos de oxidación.
Atendiendo a
estos requisitos los envases empleados para el
aceite de oliva virgen se
podrían ordenar de mejor a peor según la siguiente escala:
Vidrio
opaco o transparente guardado en caja de cartón. Es un
envase caro pero el más higiénico y seguro de todos, su inconveniente es
la fragilidad en el transporte.
Latas y
Tetra Brik responden muy bien a los requisitos exigidos para ser buenos
envases de
aceite de oliva virgen, quizá su mayor inconveniente es que al no
verse el
aceite, pueden crear algo de desconfianza en el consumidor.
Envases de
PET y de polietileno de alta densidad, que son más permeables a la luz y
al aire y por tanto el
aceite envasado en ellos se debe consumir pronto o bien,
guardarlos en cajas de cartón al abrigo de la luz y el calor.