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La Página de Bedri
Aceite de oliva
Historia del aceite de oliva

El aceite de oliva es uno de los pilares de la llamada dieta mediterránea. Se conoce en toda la cuenca mediterránea desde antiguo y hay pruebas de su uso en Egipto, Creta, Grecia antigua, etc. Se considera como la grasa más saludable por su gran contenido en ácido oleico, y hay diversos estudios que avalan los beneficios que el consumo de los aceites de oliva tiene en la prevención de distintos tipos de cánceres. Popularmente es conocido como Oro líquido. Jaén se autoproclama como Capital mundial del Aceite de Oliva, por ser el mayor productor de este líquido del mundo.

Su historia se remonta a las antiguas civilizaciones. Unos historiadores sitúan su procedencia en el valle del Nilo, otros en el valle del Jordán, Persia y otros en la antigua Mesopotamia, entre los rios Tigres y Eufrates.

En cualquier caso se cree que su origen está en tierras bañadas por el mar mediterráneo, entre Siria y Grecia. Ya en las épocas paleolítica y neolítica, se cultivaba el olivo para la obtención de aceite de oliva, y los primeros documentos son las tablillas escritas pertenecientes a la civilización minoica en Creta (2500 años a.c.)

En el antiguo Egipto también se utilizaba el aceite de oliva, cuya extracción obtenían por medios mecánicos naturales, con finalidad alimenticia y también, para la belleza, tomando baños con aceite perfumado.

Fueron los pueblos mediterráneos (Griegos, Fenicios, Romanos, árabes, judíos, cartagineses, hispanos) los que difundieron el cultivo del olivo y sus aplicaciones.

Los griegos y fenicios fueron los encargados de propagar el cultivo del olivo por toda la cuenca del Mediterráneo.

La etimología de las palabras olivo y aceite en todos los pueblos mediterráneos, proviene de dos únicas fuentes: Elaia, término griego que, a su vez, dio origen al término Olea en latín y, más tarde a las palabras oleo, oliva, olivo, olive, etc…; y Zait, palabra hebrea que se transformó en la árabe Zaitum, de cuya raíz, emanan los términos aceite, aceituna y otras. Aceite proviene de la unión de un mote árabe y uno arameo (zaytà) que significa jugo de la oliva.

Fueron los fenicios quienes trajeron las técnicas del cultivo a la península ibérica en el año 1050 a.c., pero la expansión del cultivo del olivo en España llegó con la dominación romana. De hecho los romanos acuñaron monedas de Hispania donde se dibujaba un olivo. Los romanos mejoraron las técnicas de cultivo y elaboración del aceite de oliva, siendo Roma, desde el siglo II una gran importadora de aceite de Hispania, que era muy apreciado, de hecho, los emperadores suprimieron los tributos a aquellos que se dedicaron al comercio privado de aceite, con el objetivo de impulsar las transacciones.

Posteriormente, fueron los árabes quienes incrementaron el cultivo del olivo, especialmente en el valle del Guadalquivir. Éstos introdujeron sus propias variedades de olivo e influyeron en la propagación de su cultivo.

Con el descubrimiento de América en 1492, Andalucía y Extremadura, fueron fundamentales en la llegada del olivo a América, introduciéndose primeramente durante los siglos XVI y XVII en Perú, Chile, Argentina y México. En la actualidad puede encontrarse en California, y en otras partes de Sudamérica.

En la actualidad, España ocupa el primer lugar entre los países productores de aceite de oliva, y el primer país exportador a nivel mundial de este preciado alimento.