¿Qué es el trigo?
Trigo (Triticum spp)
es el término que designa al conjunto de
cereales, tanto cultivados
como silvestres, que pertenecen al género Triticum; son plantas
anuales de la familia de las gramíneas, ampliamente cultivadas en todo
el mundo. La palabra trigo designa tanto a la planta como a sus
semillas comestibles, tal y como ocurre con los nombres de otros
cereales.
El trigo es uno de
los tres cereales más producidos globalmente, junto al
maíz y el
arroz, y el más consumido
por el hombre en la civilización occidental desde la antigüedad. El
grano del trigo es utilizado para hacer
harina,
harina integral,
sémola, cerveza
y una gran variedad de productos alimenticios.
La palabra «trigo»
proviene del vocablo latino triticum, que significa quebrado,
triturado o trillado, haciendo referencia a la actividad que se
debe realizar para separar el grano de trigo de la cascarilla que lo
recubre.
El trigo tiene sus
orígenes en la antigua Mesopotamia comprendida entre los ríos Tigris y
Eufrates, habiendo numerosas gramíneas silvestres comprendidas en este
área y que están emparentadas con el trigo. Las más antiguas
evidencias arqueológicas del cultivo de trigo vienen de Siria,
Jordania, Turquía e Iraq. Hace alrededor de 8 milenios, una mutación o
una hibridación ocurrió en el trigo silvestre, dando por resultado una
planta con semillas más grandes, la cual no podría haberse diseminado
con el viento. El arqueólogo de la Universidad de Chicago Robert
Braidwood ha encontrado granos de trigo carbonizados, de hace 6.700
años, en la localidad de Jarmo (Iraq septentrional), que datan del año
6700 adC.; dicho poblado es el más antiguo de los descubiertos hasta
ahora y puede que fuera uno de los lugares donde naciera la
agricultura puesto que al parecer este cereal fue una de las primeras
plantas cultivadas. Las primeras formas de trigo recolectadas por el
hombre hace más de doce mil años eran del tipo Triticum monococcum y
T. dicocccum, caracterizadas fundamentalmente por tener espigas
frágiles que se disgregan al madurar.
El trigo produjo más
alimento al ser cultivado por iniciativa de los seres humanos, pues de
otra manera éste no habría podido tener éxito en estado salvaje; este
hecho provocó una auténtica revolución agrícola en el denominado
creciente fértil. Simultáneamente, se desarrolló la domesticación de
la oveja y la cabra, especies salvajes que habitaban la región, lo
cual permitió el asentamiento de la población y, con ello, la
formación de comunidades humanas más complejas, como lo demuestra
también el surgimiento de la escritura, concretamente la Escritura
cuneiforme, creada por los sumerios, y, por tanto, el principio de la
historia y el fin de la prehistoria.
La agricultura y la
ganadería nacientes exigían un cuidado continuo, lo que generó una
conciencia acerca del tiempo y las estaciones, obligando a estas
pequeñas sociedades a guardar provisiones para las épocas menos
generosas, teniendo en cuenta los beneficios que brinda el grano de
trigo al facilitar su almacenamiento durante temporadas considerables.
La semilla de trigo
fue introducida a la civilización del antiguo Egipto para dar inicio a
su cultivo en el valle del Nilo desde sus primeros periodos y de allí
a las civilizaciones Griega y Romana. La diosa griega del
pan y de la agricultura se
llamaba Deméter, cuyo nombre significa señora, por derivación latina
se transformó en Ceres y de allí surge la palabra «cereal».
En Roma, el gobierno
aseguraba el mantenimiento de los ciudadanos sin posibilidades
económicas abasteciendo trigo a un bajo precio y regulando la molienda
y fabricación del pan, ya que
era una práctica común su racionalización. La molienda y la cocción
eran actividades que se realizaban en forma conjunta, de tal forma que
se diseñaban en la antigua Roma molinos - hornos con una alta
capacidad de producción.
El consumo del trigo
y de pan en el Imperio Romano
revistió una gran importancia que también se confirma en la Biblia, ya
que de acuerdo con las traducciones más exactas es posible contar en
su texto 40 veces la palabra «trigo», 264 veces la palabra «pan»
y 17 veces la palabra «panes»,
acepciones estas últimas que pueden referirse a
pan de trigo o
pan de
cebada (como era común en
aquella época), aunque en las citas bíblicas son frecuentemente
utilizadas para referirse al concepto más amplio del conjunto de cosas
que se requieren para vivir, como en la expresión «ganarse el
pan». En la parábola
del sembrador se hace referencia a la adulteración de los granos,
enfrentando el trigo (la bondad) con la cizaña (la maldad).
Hasta el siglo XVII
no se presentaron grandes avances en los métodos de cultivo y
procesamiento del trigo. En casi toda Europa se cultivó el grano de
trigo, aunque en algunas regiones fue preferido el
centeno y la
cebada (especialmente en el
norte). La invención del molino de viento generó una nueva fuente de
energía, pero por lo demás no variaron los métodos de trabajo
utilizados.
A finales del siglo
XVIII se presentaron algunos desarrollos mecánicos en el proceso de
molinería como aventadores, montacargas y métodos modernos para
transmisión de fuerza, con lo cual se aumentó la producción de
harina.
En el siglo XIX
aparece el molino de vapor con rodillos o cilindros de hierro que
representó un cambio radical en la molienda. El cultivo del trigo fue
aumentando a la par con estos y muchos otros desarrollos tecnológicos
que permitieron mejorar el rendimiento de la planta y llegar a
diversas regiones del planeta como Norteamérica y Oceania.
El mayor productor
mundial de trigo fue por muchos años la Unión Soviética, la cual
superaba las 100 millones de toneladas de producción anuales.
Actualmente China representa la mayor producción de este cereal con
unas 96 millones de toneladas (16%), seguida por la India (12%) y por
Estados Unidos (9%).
Cuando domesticó el
trigo, el hombre sentó las bases de la civilización occidental.
Ninguna civilización ha sido fundada alguna vez con una base agrícola
que no sea la de los cereales. Las antiguas culturas de Babilonia y
Egipto, de Roma y Grecia, y más tarde las del norte y oeste de Europa,
se basaron todas en el cultivo del trigo, la
cebada, el
centeno y la avena. Las de
la India, China y Japón tenían el
arroz como cultivo
básico. Los pueblos precolombinos de América -incas, mayas y aztecas-
cultivaron el
maíz para su cotidiano
pan.
¿Cuáles son las
razones de esta íntima relación entre los cereales y la civilización?
Puede ser principalmente una cuestión de nutrición. El grano de los
cereales, estructura en cierto modo parecida a un fruto seco con una
delgada cubierta y la semilla, contiene no sélo el embrión de una
nueva planta sino también una provisión de alimentos para nutrir. Los
granos de cereales, al igual que los
huevos y la
leche, son alimentos
que la naturaleza destina a la nutrición de las crías de las especies.
Se trata de alimentos que contienen los cinco nutrientes:
carbohidratos,
proteínas,
grasas, minerales y vitaminas. Un grano
entero de cereal, si su valor nutritivo no se destruye a causa de los
modernos métodos de refinado, resulta mejor que cualquier otro
producto vegetal para suministrar una ración adecuada. El hombre
descubrió este hecho hace mucho tiempo y aprendió a sacarle provecho.
Quizá la relación
entre los cereales y la civilización es también un producto de la
disciplina que los cereales imponen a sus cultivadores. Los cereales
crecen sólo a partir de una semilla y deben plantarse y segarse en su
estación adecuada. En este aspecto difieren de los cultivos de raíz
que en climas suaves pueden plantarse y recolectarse en casi cualquier
época del año.
El cultivo de los
cereales se ha visto siempre acompañado de un modo de vida estable.
Además, obliga a los hombres a ser más conscientes de las estaciones y
los movimientos del sol, la luna y las estrellas. Tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Mundo la astronomía fue inventada por los
cultivadores de los cereales, y con ella surgió un calendario y un
sistema de aritmética. La agricultura de los cereales al procurar un
suministro estable de alimentos creó el ocio, y el ocio a su vez
protegió las artes, oficios y ciencias. Se ha dicho que la agricultura
cerealista es la única entre las formas de producción de alimentos que
obliga, recompensa y estimula la labor y la ingeniosidad en un mismo
grado.
Descripción
Clasificación
científica
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Orden: Poales
Familia: Poaceae
Género: TriticumL.
Especies:Triticum aestivum, Triticum aethiopicum Triticum
araraticum, Triticum boeoticum, Triticum carthlicum, Triticum
compactum, Triticum dicoccoides, Triticum dicoccum, Triticum durum,
Triticum ispahanicum, Triticum karamyschevii, Triticum macha, Triticum
militinae, Triticum monococcum, Triticum polonicum, Triticum repens,
Triticum spelta, Triticum sphaerococcum, Triticum timopheevii,
Triticum turanicum, Triticum turgidum, Triticum urartu, Triticum
vavilovii, Triticum zhukovskyi
Morfología
Raíz
El trigo posee una
raíz fasciculada, es decir, con numerosas ramificaciones, las cuales
alcanzan en su mayoría una profundidad de 25 cm, llegando algunas de
ellas hasta un metro de profundidad.
El crecimiento de las
raíces comienza en el periodo de ahijado, estando todas ellas poco
ramificadas. El desarrollo de las raíces se considera completo al
final del "encañado".
En condiciones de
secano la densidad de las raíces entre los 30-60 cm. de profundidad es
mayor, aunque en regadío el crecimiento de las raíces es mayor como
corresponde a un mayor desarrollo de las plantas.
Tallo
El tallo del trigo es
una caña hueca con 6 nudos que se alargan hacia la parte superior,
alcanzando entre 0,5 a 2 metros de altura, es poco ramificado. Su
altura y solidez determinan la resistencia al encamado.
Hojas
Las hojas del trigo
tienen una forma linearlanceolada (alargadas, rectas y terminadas en
punta) con vaina, lígula y aurículas bien definidas.
Inflorescencia
Es una espiga
compuesta de un tallo central de entrenudos cortos, llamado raquis, en
cada uno de cuyos nudos se asienta una espiguilla, protegida por dos
brácteas más o menos coriáceas o glumas, a ambos lados. Cada
espiguilla presenta nueve flores, de las cuales aborta la mayor parte,
quedando dos, tres, cuatro y a veces hasta seis flores.
Flor
Consta de un pistilo
y tres estambres. Está protegida por dos brácteas verdes o glumillas,
de la cual la exterior se prolonga en una arista en los trigos
barbados.
Granos
Los granos son
cariópsides que presentan forma ovalada con sus extremos redondeados.
El germen sobresale en uno de ellos y en el otro hay un mechón de
pelos finos, el resto del grano se denomina endospermo, el cual es un
depósito de alimentos para el embrión que representa el 82% del peso
del grano. A lo largo de la cara ventral del grano hay una depresión,
un surco: una invaginación de la aleurona y todas las cubiertas. En el
fondo del surco hay una zona vascular fuertemente pigmentada. El
pericarpio y la testa, juntamente con la capa aleurona, conforman el
salvado de trigo. El grano de trigo contiene una parte de la
proteína
que se llama gluten. El
gluten facilita la
elaboración de levaduras de alta calidad, que son necesarias en la
panificación.
Genética
La genética del trigo
es más complicada que la de la mayoría de las otras especies de
plantas domesticadas. La especie del trigo es un poliploide estable,
que tiene más de dos conjuntos de siete cromosomas. Tanto el Triticum
durum como el Triticum turgidum evolucionaron como especies de
tetraploides por el cruce natural de dos especies silvestres, Triticum
urartu y una especie ahora extinta Sitopsis. El trigo común del
pan (Triticum aestivum)
evolucionó como una especie de hexaploide posterior (hace
aproximadamente 2000 años) después del cruce natural de Triticum
turgidum y Aegilops taushii.
El trigo escaña
cultivada (Triticum monococcum) es Diploide (2n=2x=14 cromosomas).
Los trigos
Tetraploides (por ejemplo trigo durum) son derivados del almidonero
silvestre (Triticum dicoccoides). El almidonero silvestre es el
resultado de una hibridación entre dos hierbas silvestres diploides:
Triticum urartu y una especie de hierba silvestre, Aegilops searsii o
Aegilops speltoides. La hibridación que generó el almidonero silvestre
ocurrió en tierra virgen, mucho antes de su domesticación.
Los trigos
Hexaploides evolucionaron en campos cultivados. Tanto el trigo
dicoccoides como el durum hibridizaron con otra hierba diploide
silvestre (Aegilops tauschii) para crear los trigos hexaploides
(cromosomas 6x), Triticum spelta y Triticum aestivum.
La heterosis o vigor
híbrido ocurre en los trigos hexaploides, pero la semilla es difícil
de producir en variedades híbridas cultivadas en una escala comercial
como con las flores de
maíz, porque las flores
del trigo son completas y normalmente se auto-polinizan. La semilla
híbrida comercial del trigo se ha producido utilizando agentes
químicos hibridizantes, reguladores del crecimiento de la planta que
intervienen selectivamente con el desarrollo de
polen, u ocurriendo
naturalmente en sistemas masculinos citoplasmáticos de esterilidad. El
trigo híbrido ha tenido un éxito comercial limitado en Europa
(especialmente en Francia), en los Estados Unidos y en Sudáfrica.
Debido a la
importancia económica del trigo hexaploide ha sido muy estudiado en
mejora genética. La poliploidia se identificó por el color rojo del
grano determinado por tres factores heredados independientemente, con
efectos acumulativos; además se estudió el efecto de compensación, por
el cual los cromosomas que faltan en uno de los tres genomas pueden
ser compensados por los cromosomas de otro genoma.
Actualmente la
selección por mutación es muy importante en las mejoras morfológicas,
altura de la planta, robustez del tallo, resistencia a enfermedades,
contenido del grano en
proteínas y poder de cocción en la
harina.
Clasificación
A nivel general, el
trigo se clasifica de acuerdo a la textura del endospermo, porque esta
característica del grano está relacionada con su forma de fraccionarse
en la molturación, la cual puede ser vítrea o harinosa, y de acuerdo a
la riqueza protéica, porque las propiedades de la
harina y su conveniencia para
diferentes objetivos, está relacionada con esta característica. De
esta manera, se pueden mencionar las variedades de trigo: aestivum
(candeal), aethiopicum, araraticum, boeoticum (escaña silvestre),
carthlicum, compactum (club), dicoccoides (escanda), dicoccum (farro),
durum, ispahanicum, karamyschevii, macha, militinae, monococcum
(escaña cultivada), polonicum (polaco), repens, spelta (espelta),
sphaerococcum, timopheevii, turanicum, turgidum, urartu, vavilovii y
zhukovskyi.
Los trigos monococcum,
dicoccum y spelta son vestidos, es decir, la lema y pálea forman una
cubierta que permanece unida al grano después de la trilla.
Los trigos más
importantes para el comercio son el Triticum durum (utilizado
principalmente para pastas
y macarrones), el
Triticum aestivum (utilizado para elaborar
pan) y el Triticum compactum (se
utiliza para hacer galletas).
Temperatura
La temperatura ideal
para el crecimiento y desarrollo del cultivo de trigo está entre 10 y
24 ºC, pero lo más importante es la cantidad de días que transcurren
para alcanzar una cantidad de temperatura denominada integral térmica,
que resulta de la acumulación de grados días. La integral térmica del
trigo es muy variable según la variedad de que se trate. Como ideal
puede decirse que los trigos de otoño tienen una integral térmica
comprendida entre los 1.850 ºC y 2.375 ºC.
La temperatura no
debe ser demasiado fría en invierno ni demasiado elevada en primavera
ni durante la maduración. Si la cantidad total de lluvia caída durante
el ciclo de cultivo ha sido escasa y es especialmente intensa en
primavera, se puede producir el asurado.
Humedad
Requiere una humedad
relativa entre 40 y 70%; desde el espigamiento hasta la cosecha es la
época que tiene mayores requerimientos en este aspecto, ya que exige
una humedad relativa entre el 50 y 60% y un clima seco para su
maduración.
Se ha demostrado en
años secos que un trigo puede desarrollarse bien con 300 ó 400 mm de
lluvia, siempre que la distribución de esta lluvia sea escasa en
invierno y abundante en primavera.
Riego
tiene unos bajos
requerimientos de agua, ya que se puede cultivar en zonas donde caen
precipitaciones entre 25 y 2800 mm anuales de agua, aunque un 75% del
trigo crece entre los 375 y 800 mm.
Suelo
Los mejores suelos
para su crecimiento deben ser sueltos, profundos, fértiles y libres de
inundaciones, y deben tener un pH entre 6,0 y 7,5; en terrenos muy
ácidos es difícil lograr un adecuado crecimiento. El trigo prospera
mal en tierras ácidas; las prefiere neutras o algo alcalinas. También
los microorganismos beneficiosos del suelo prefieren los suelos
neutros o alcalinos.
El trigo requiere
suelos profundos, para el buen desarrollo del sistema radicular. Al
ser poco permeables los suelos arcillosos conservan demasiada humedad
durante los inviernos lluviosos. El suelo arenoso requiere, en cambio,
abundante lluvia durante la primavera, dada su escasa capacidad de
retención. En general se recomienda que las tierras de secano
dispongan de un buen drenaje.
(sigue ...)
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