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La Página de Bedri
Concejos de Asturias
Allande - Historia

Orígenes


La primera mención al concejo aparece en una donación de 912 de Fruela a la iglesia de Oviedo, en términos de in territorio de Aliande, sin embargo, la presencia humana en el concejo de Allande se remonte miles de años atrás, tal y como demuestran los múltiples vestigios arqueológicos presentes en este territorio.

El extenso concejo allandés fue habitado originariamente por un pueblo, probablemente ganadero,  que daba culto a sus muertos. De estos primeros tiempos procede la conocida estela dolménica de Allande. Así como los numerosos conjuntos de túmulos que coronan las sierras, cual es el caso de "La Carreiriega de los Gallegos", en la misma sierra de Carondio. La cultura del bronce está bien representada por las puntas de lanza halladas en Fonfaraón y las hachas de apéndices laterales de Los Mazos.

Varios son los yacimientos de la cultura castreña por todo el concejo, destacando el Castro de San Chuís, en parte excavado, con sus importantes defensas en módulos, fosos y complicada urbanización; habilitado por la administración romana, como centro de explotaciones mineras de la comarca, sobre el yacimiento anterior.

Los primeros testimonios de la ocupación del territorio por gentes portadoras de la cultura del megalitismo, son los vestigios hallados en las sierras altas, donde se concentran túmulos dolménicos (Bustantigo, Berducedo, Fonfaraón y Carondio). Estos megalitos, unos treinta, marcaban, tal y como indican algunos historiadores, un itinerario, que coincide con la tradicional ruta de La Carreiriega de los Gallegos. De entre ellos cabe citar el conocido dolmen de Entrerríos o Lastra da Filadoira.

En el Neolítico comenzará a desarrollarse la cultura castreña, desde el periodo protohistórico hasta la invasión romana. El municipio allandés es uno de los más representativos de Asturias en recintos castreños, ya que cuenta con once castros catalogados, de entre los que destaca el castro de San Chuis, de época romana, identificado en 1952 y parcialmente excavado diez años después.

San Chuis es un verdadero ejemplo de recinto fortificado pésico, adosado a una loma, con seis fosos y una muralla perimetral, protegiendo las cabañas de planta circular que se encuentran en su interior.

San Chuis parece estar relacionado con las riquezas mineras del concejo, especialmente el oro, que tanto atrajo a los romanos. Estas explotaciones auríferas dejaron gran cantidad de vestigios en el territorio, así como en la toponimia allandesa.

Entre los restos de explotaciones auríferas destacan los de la zona del Palo, en donde se halla la Cueva de Xuan Rata, Fana La Freita y el túnel de Montefurao, que comunicaba la cuenca del río Valledor con la del Lloredo. Otro conjunto estaría en el valle del río del Oro, y el último grupo en las cercanías de San Chuis. éstas últimas explotaciones debieron empezar en el siglo I y cesar al comienzo del siglo III.

Las explotaciones auríferas romanas trajeron consigo el culto a sus dioses, lares viales, y todo un entramado de vías, condiciones, cortas y minas: antiguas fanas, freitas y grobas, bien visibles en las parroquias de La Pola, Lago, Bustantigo, y el Valledo

Edad Media


Sigue un periodo poco conocido, posiblemente bajo el control del reino suevo y luego del visigodo. Es posible que por su situación haya estado bajo el control del reino suevo y luego del visigodo. Las primeras referencias documentales son del siglo X, pero en su mayor parte se consideran sospechosas de falsedad, pero ya en el siglo XI, ciertas entidades eclesiásticas monásticas comenzaron a dejar sentir su influencia económica y feudalizante en esta zona. Destaca el influjo del monasterio de San Juan de Corias que contaba en 1.044 con una dotación de abundantes tierras allandesas, pero habrá otros monasterios que cada vez acapararon más tierras, destacando así, el de Santa María Celón. También el cabildo catedralicio disponía de propiedades en la comarca durante la baja Edad Media. No faltaron los conflictos por los diezmos del arciprestazgo de Allande y la iglesia de Oviedo, así tenemos un ejemplo con la iglesia de San Salvador de Oviedo entre los años 1.262 y 1.269. El Obispo Pedro otorga a los hombres del concello de Allande dependientes de la Iglesia, todo cuanto halla en su propiedad para que puedan "fazer poblu" imponiendo como fuero la cantidad de 110 maravedis al año, esta decisión debía de surtir efecto pues para 1.277 aparece Allande entre los pueblos del occidente asturiano que establece hermandad con la villa de Avilés para prestarse ayuda en el mantenimiento del orden en sus territorios. También debió influir en el desarrollo el privilegio otorgado por Alfonso IX, ya que este concejo fue paso en la peregrinación del camino de Santiago.

La iglesia de Oviedo y el Monasterio de Corias tuvieron importantes propiedades en el territorio allandés y paso obligado del camino primitivo o "francés", en las peregrinaciones a Santiago, con siete hospitales en su trayecto.

En el siglo XI, buena parte del territorio de Allande quedó bajo dominio de los monasterios de la zona, fundamentalmente Corias, aunque también otros como Obona o Celón, hasta el siglo XIII en que pasaron los derechos a la Puebla de Allande, época de la que data su carta fundacional, entre 1262 y por decisión del Obispo de Oviedo, se consolida como capitalidad de amplios territorios, separados por la sierra del Palo. Las mercedes reales llevaron consigo a que el concejo allandés fuese detentado como señorío, por la Casa de Noreña, los Ponce y Quiñones; y por compra, por la Casa de Cienfuegos, siempre en litigio con el vecindario, que en defensa de sus fueros y libertades, consigue aprobar ordenanzas en 1570, compra las Reales alcabadas en 1.614, y una emancipación total con las reformas constitucionales del pasado siglo.

Así, durante el reinado de Fernando VI el concejo de Allande fue moneda de cambio que utilizaba la corona para pagar sus servicios a los leales, particularmente a la familia Quiñones. Contra estas concesiones protestaron los vecinos y en 1.378 un representante de Allande estuvo presente en la Junta General reunida en Oviedo para rechazar estas prerrogativas impuestas.

Edad Moderna


Del dominio de la familia Quiñones pasó a Rodrigo de la Rúa quien la compra por un millón de maravedíes. Rodrigo de la Rúa fundó mayorazgo a favor de su hijo mayor Gutiérrez González de Cienfuegos y en adelante el señorío de Allande permaneció ligado a la casa de Cienfuegos que obtendrá en el siglo XV, el título de condes de Marcel de Peñalba. Las prerrogativas fueron mantenidas hasta la reforma constitucional de 1812, fecha en la que el municipio se hace independiente y elige a sus autoridades, que defenderán la Constitución frente a los carlistas, liderados por Dionisio Lombán.

La presencia del concejo de Allande en la Junta General no fue siempre continuada y su representación fue ejercida por algún miembro de la casa Cienfuegos.

Los tiempos modernos no trajeron grandes transformaciones ya que en el siglo XVIII continuaba siendo fundamentalmente un concejo agrario. El escaso complemento industrial, estaba en los mazos de hierro hidráulicos que se utilizaban para estirar el hierro, situados en Mazo de Arriba, Mazo de Abajo, Colobredo y la Puente. Todos ellos eran propiedad de un viejo poder feudal: el conde de Peñalba, señor de Cienfuegos. Si hay algo que llama la atención de la evolución histórica moderna de Allande es la resistencia antiseñorial protagonizada por sus vecinos, hay continuas quejas y recursos contra el conde, hasta que en 1.742 el concejo de Allande será castigado por su resistencia con el "perpetuo silencio". En 1.744 se dictan unas ordenanzas en las que se reconoce el señorío de la casa de Cienfuegos.

Edad Contemporánea


El siglo XIX traerá la guerra de la independencia que afectara al término al ser cruzado por las tropas francesas. La Constitución de Cádiz traerá la deseada autonomía concejil para Allande liberada de la interferencia señorial. Durante este siglo la actividad agraria se mantiene igual y la industria del hierro se reconvertirá en tres herrerías, que en la década de los ochenta se ven obligados a cerrar ante la competencia de las factorías industriales con los altos hornos.

La guerra civil afecta de forma marginal al concejo, quedando a un lado de la penetración de las columnas gallegas de los sublevados. Si tuvo cierta incidencia posterior la actividad de las guerrillas, sobre todo las operaciones de la partida de Serafín Fernández, más conocido como "el Santeiro" y la consiguiente represión.

Los siglos XIX y XX, están marcados por su descenso demográfico, debido a la emigración transoceánica que fue parada momentáneamente, coincidiendo con la construcción del salto de agua de Salime, aunque esta recuperación no duro mucho ya que el embalse cerraba sus tradicionales canales de comunicación y convirtió todo el Valledor, en un fondo de saco que provocó el abandono de pueblos enteros. Sus pobladores se dirigen en su emigración hacia Europa y hacía el centro industrial de la región.

En la actualidad, el despoblamiento ha remitido, pero no por el mejoramiento del empleo en Allande, sino por la falta de empleos en los centros de destino de la emigración.

Un dato que destaca en la historia de Allande de los siglos XIX y XX es la sangría demográfica que supuso la emigración a América y la influencia social y cultural de los "indianos".