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La Página de Bedri
·-Asturias-·
Cangas del Narcea - Historia

época primitiva y romana


Galeria de una mina romana de oro
Bocamina de una galería romana de oro

La ocupación humana comienza en la prehistoria, como así lo demuestran los túmulos funerarios identificados en el territorio y las hachas de la Edad del Bronce localizadas en Muniellos, Moncó, Cangas, Larón o Cibea. El concejo no tiene una similitud en restos del paleolítico con los concejos vecinos que sí los tienen, así los restos tumulares que en los concejos limítrofes hay en gran abundancia, aquí apenas existen.

Los más arcaicos lugares donde se detectaron restos corresponden a la Edad de Hierro y la época Castreña, que se halla representada con más de veinte emplazamientos de gran importancia, con abundantes restos del laboreo del oro que se pueden agrupar en tres conjuntos: en primer lugar el del valle del río Eirrondu, en segundo lugar cerca del caudal del Narcea y un tercero lugar junto al río Ibias, donde se encontraron restos de monedas y de cerámica que completa las pruebas de la presencia romana en esta zona.

En época prerromana el concejo está poblado por la tribu astur de los Pésicos, de la que se han identificado una treintena de asentamientos fortificados, muchos de los cuales fueron más tarde romanizados y ligando su existencia a la extracción de oro.

Edad Media


Lo que sí hay es una laguna de noticias que va desde el poder romano hasta el medievo, donde empezamos a encontrar ya noticias de este territorio pero no con la configuración que tiene hoy en día el concejo de Cangas del Narcea, ya que en un primer momento sus extensiones se reducían al valle del río Luiña. Por otra parte se cree que en los siglos X y XI había en esta zona una gran cantidad de aristocracia con grandes propiedades que fundaron monasterios. Todos estos pequeños monasterios cayeron bajo el predominio del de Corias, que tuvo una gran influencia en la historia de este concejo. Fue fundado por los condes Peniolo y Aldonza, pertenecientes a la más influyente nobleza asturiana, con una gran fortuna tanto en tierras como en dinero.

Pero sin duda es la fundación del monasterio de Corias por los Condes Piñolo y Aldonza el hecho más sobresaliente en la Edad Media, dada la importancia que adquirió este señorío monástico en todo el occidente asturiano y norte de la Meseta castellana. Nuestro territorio se enclavaba en las "Asturias occidentales o de Tineo"

En 1.255 el rey Alfonso X concedió la carta puebla a la villa de "Cangas de Sierra". La referida concesión regia supondría el inicio de una nueva etapa para el territorio suroccidental que atravesaría un periodo convulso de rivalidades entre los principales señores que terminan con la renuncia de Diego F. de Quiñones, primer Conde de Luna, a las "cuatro sacadas" (Cangas, Tineo, Llanes y Ribadesella), volviendo estas a poder real; por entonces el Coto de Leitariegos (Leitariegos, Brañas de Arriba y Abajo, Trascastro y Cabuezos) ya disfrutaba de los privilegios y franquicias concedidas por Alfonso XI (año 1326) a sus pobladores, en reconocimiento a las constantes atenciones de estos hacia aquellos que transitaban por tan montañosos territorios.

La baja Edad Media trajo para el concejo de Cangas, el paso por diferentes manos señoriales, como un modo de traer el apoyo de éstos a la corona. Fue Alfonso XI el que dio una serie de privilegios a la gente de la zona y al monasterio de San Juan de Corias, para evitar el despoblamiento de la zona.

La progresiva decadencia de los señoríos provoca el aumento de las rentas a los campesinos, causando evidentes tensiones entre los renteros y la nobleza local como los Omaña, Peñalba, o Queipo de Llano que paulatinamente trataban de recuperar los derechos señoriales, asistiéndose a un momento constructivo relevante.

Edad Moderna


Los siglos XIV y XV, están marcados por diferentes tipos de luchas, hasta caer el concejo en manos de la poderosa familia Quiñones, siendo restituido más tarde a la corona por Enrique III, pero aun así hubo diferentes enfrentamiento entre los corregidores mandados por la corona y la familia Quiñones, que ahora ostentaban el condado de Luna, que acaba en un pleito que se resolvió en 1553 a favor del rey, consiguiendo Cangas su autonomía, con jurisdicción ordinaria de realengo.

La Edad Moderna, traerá grandes cambios, tanto territoriales como administrativos, destacando la desamortización de Felipe II que no logró derrumbar el poderío del monasterio de San Juan de Corias, que ya había ido perdiendo influencia y algunas tierras en los años anteriores, pero que seguía teniendo su influencia sobre un vasto territorio.

En los siglos XVI y XVII, el concejo de Cangas del Narcea pasa a formar parte de la Junta General del Principado. En este siglo, la dedicación del concejo es principalmente ganadera y agrícola.

En el siglo XVIII, hay que destacar una actividad antiseñorial por los abusos cometidos por la nobleza, mandando un memorial al rey con todas las quejas, este fue un largo proceso que continuará en la Audiencia de Oviedo y en el Consejo de Castilla, hasta lograr la abolición de todos los derechos señoriales.

A la economía de subsistencia desarrollada hasta el siglo XVIII, las ideas ilustradas de Joaquín J. Queipo de Llano, quinto conde de Toreno, comienzan a plantear los primeros proyectos de explotación industrial de los recursos del concejo, presentando estudios de yacimientos y canteras y proponiendo la construcción de vías de comunicación. Sería la explotación de la madera de Muniellos y otros bosques con destino a los astilleros del Ferrol el inicio de la actividad extractiva de los recursos del concejo. Tal actividad no generó cambios sustanciales en la vida de los campesinos, ni tampoco influyó para que fructificasen iniciativas que pretendían una industrialización del concejo, lo que provoca una fuerte corriente migratoria hacia Madrid y en menor medida hacia América.

Siglo XIX


El siglo XIX, trae la guerra de la Independencia y el concejo fue invadido por dos veces, con el incendio de su archivo y ayuntamiento. La invasión napoleónica motiva la creación de un regimiento propio que luchó en las principales batallas de la Guerra de Independencia, destacando también los guerrilleros cangueses Pedro del Tronco y José Flórez Sierra. Por otra parte fue José Mª Queipo de Llano, conde de Toreno, quien fue enviado como embajador de Asturias a Inglaterra cuando el alzamiento provincial de 1808 contra los franceses.

Pero lo más importante de esta época fue la desamortización de Mendizábal, que acabó completamente con el monasterio de San Juan de Corias, vendiéndose todo su patrimonio quedando el monasterio abandonado durante treinta años, hasta que fue de nuevo ocupado por una comunidad de dominicos. En este siglo Cangas seguía dentro de su tradicional aislamiento, ampliado por la falta del ferrocarril, aunque a pesar de todo, la villa de Cangas empezó a tener un gran crecimiento debido a otro tipo de comunicación como fueron las carreteras: Espina-Ponferrada, Cangas-Ouviñano, y Puente Nuevo.

Durante la segunda mitad del siglo XIX Cangas fue cabeza de distrito electoral, alternándose en el poder liberales como José Francisco Uría y Riego y conservadores como los condes de Toreno.

Siglo XIX


El siglo XX, traerá en sus comienzos un cambio de nombre, la corporación de Cangas del Tineo la cambia por Cangas del Narcea, esto fue debido a que la villa es ya el centro de todo este territorio y no quiere tener una dependencia de Tineo. La guerra civil no influyó en Cangas, pero sí la posguerra, ya que en estos lugares las partidas de guerrilleros republicanos se seguirían resistiendo. A partir de los años cincuenta este concejo desarrollará su actividad minera produciendo más de la mitad de la producción regional de antracita, que en las últimas décadas de este siglo trajo un fuerte recorte en su producción por los planes de reconversión.

La vida política de inicios del siglo XX favorece la aparición de la agrupación obrera "Nueva Vida" vinculada a la U.G.T., sucediéndose en la época republicana corporaciones municipales de signo conservador y socialista hasta el comienzo de la Guerra Civil.