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La Página de Bedri
Vino
Prieto Picudo
Variedad de uva tinta arraigada en las provincias de León y Zamora. Aguanta bien las heladas y la humedad, así como las grandes insolaciones veraniegas del páramo castellano. Produce vinos de capa media, suaves al paladar y repletos de aromas florales. La Prieto Picudo encuentra su feudo en la región de Valdevimbre, en la provincia de León. Esta variedad tinta, cuyos vinos tienen un ligero parecido con los de Tempranillo, se considera autóctona de la zona y ocupa en la actualidad una extensión de 3.000 hectáreas de viñedo.

Se distingue fácilmente por el racimo apretado y las bayas en forma de piñones. Eduardo Abela la recoge en su lista de cepas realizada a finales del siglo pasado dentro de las variedades con características incompletas y restringe su ámbito a la provincia de León. Según constata Alain Huetz de Lemps en su obra "Vignobles et vins du Nord-Ouest de l´Spagne", antes de la crisis filoxérica, llegó a copar el 80 por ciento de las plantaciones de la zona. Hoy, aunque en menor proporción, sigue siendo mayoritaria por delante de la Mencía, la Palomino y, en último término, la Garnacha Tinta, que ocupa un lugar secundario. Los vinos que se obtienen de estas uvas de piel negra azulada se caracterizan por una graduación alcohólica que se sitúa en torno a los 11 grados; son muy aromáticos y algo ligeros de color, y es habitual realizar mezclas junto con la Mencía. El viñedo leonés, que probablemente nació bajo la influencia monástica del Camino de Santiago, vivió su época más gloriosa hacia el siglo XVII, elogiado por el viajero Jauvín en su obra Le voyager d'Europe. Las numerosas bodegas subterráneas que todavía se encuentran en la comarca dan una idea del extenso cultivo de la vid en épocas pasadas. Las bajas temperaturas de estas cuevas horadadas en el subsuelo permitían elaborar el afamado vino de aguja, fruto de largas fermentaciones y del "madreado" o adición de uvas enteras de Prieto Picudo. Todavía hoy se elaboran rosados y claretes en esta línea, ligeros, frescos, afrutados y de color ligeramente teja. Sin embargo, cada vez se tiende más a orientar la elaboración hacia los tintos. Los de Prieto Picudo y Mencía, con una excelente predisposición a la crianza, presentan un color rubí brillante con ribetes amoratados; resultan frescos y muy aromáticos al estilo de los vinos Atlánticos, y se distinguen por su sabor afrutado. Todos ellos están catalogados como "vinos de la tierra" y en la actualidad no se encuentran avalados por ninguna denominación de origen. La región de Valdevimbre Los Oteros, que ocupa una extensión de 28 kilómetros de largo por 15 de ancho, está atravesada por el río Esla y se encuentra muy próxima a la ciudad de León. En la margen derecha del río, la Prieto Picudo se asienta en terrenos llanos, mientras que a la izquierda ocupa una zona de oteros. Son once los términos municipales en los que puede encontrarse la cepa: Ardón, Cabreros del Río, Corbillos de los Oteros, Cubillas de los Oteros, Fresno de la Vega, Gusendos de los Oteros, Matadeón de los Oteros, Valdevimbre, Valencia de Don Juan, Villace y Villamañán. La altitud del viñedo oscila entre los 750 y 860 metros, de configuración llana en las zonas del Páramo (Villamañán, Villace y Valdevimbre), y suaves pendientes en el entorno de Los Oteros. La densidad de las cepas es bastante baja y se sitúa entre las 1.500 y las 2.500 por hectárea. Geológicamente, la región es de tipo aluvial, con suelos del Mioceno en Villamañán, Villace y Valdevimbre. En general, éstos son compactos, rojizos, con carácter arcilloso y de cierta profundidad. La climatología de la comarca está definida por una pluviometría cercana a los 500 litros anuales, lo que se traduce en unos 72 días de lluvia al año. Los meses más lluviosos son noviembre, en el que se pueden alcanzar los 110 litros, y marzo o mayo, con una media de 80 litros. El mínimo se sitúa en el mes de agosto cuando apenas se llega a los 10 litros. Otra característica importante son las heladas que se registran en la región y que constituyen un importante factor de riesgo, especialmente las primeras heladas en la primera semana de mayo y las últimas en la primera quincena de octubre.

La planta es vigorosa, de producción media y que tolera bien las heladas y las insolaciones. Soporta bien las enfermedades. La cepa es semirastrera y precisa de podas largas para fructificar con normalidad. En la zona de cultivo en León se emplea el sistema de poda en "rastra" para cultivar esta variedad. Desborre y maduración de media estación.

Existen dos tipos de Prieto Picudo: una con uvas elípticas y otra de uvas esféricas; esta última parece ser más pura y dar vinos de más calidad. Es de brotación y madurez media. La productividad media es de 1,1 a 1,6 kg por cepa.

La hoja es de pequeño tamaño, forma pentágonal, senos laterales muy pronunciados, haz verde muy oscuro y envés ligeramente arañoso.

El racimo es de tamaño pequeño, compacto,  pedúnculo muy corto y forma cónica con la formación de dos hombros a los lados de cada racimo.

La uva es de pequeño tamaño, forma elíptica corta y color negro-azulado, muy uniformes en el racimo, con tendencia a deshidratarse. La pulpa no está pigmentada y es blanda, jugosa, con aromas a frutas poco maduras y herbáceos

Produce mostos muy azucarados y de alta intensidad colorante con tonalidades rojo cereza y reflejos violeta; muy aromáticos con afrutado intenso y elevada acidez.

Con esta variedad se producen vinos de aguja frescos, afrutados y ligeros, suaves y aromáticos (flores), con un contenido medio en alcohol. En boca es afrutado, seco y ligero de color picota.

Complementada con la Mencía tolera bien la madera, proporcionando vinos afrutados y frescos con un color rojo-violáceo.

Tradicionalmente se ha utilizado para la elaboración de vinos jóvenes y rosados con punta de aguja y muy aromáticos.