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La Página de Bedri
Concejos de Asturias
Grandas de Salime - Para visitar

La calidad paisajística del concejo de Grandas de Salime y su amplia historia de la que hay numerosos testigos arqueológicos, hacen de este concejo uno de los que más posibilidades ofrece pese a su pequeño tamaño.


La iglesia parroquial de San Salvador de Grandas, se remonta al siglo XII. El templo fue completamente remodelado en los siglos XVII, XVIII y XIX.

La Colegiata del Salvador es un conjunto de piedra pizarra armonioso y de gran belleza que recoge diversos estilos arquitectónicos, lo primero que destaca es su recio pórtico cerrado con arquería de piedra. Este templo fue monasterio en lo Edad Media, Colegiata después y por último parroquia. Sus orígenes se remontan al siglo XII cuando se construyó una pequeña iglesia de la cual se conservan bajo la pared sur dos sepulcros románlcos bajo arcos ojivales. La antigua portada románica de triples columnas cilíndricas y en espiral se encuentra en el interior del templo rodeando la pila bautismal.

A la pequeña iglesia inicial se le fue añadiendo la nave, el cabildo, las capillas de crucero, las dos sacristías y la nave entre la entrada y el primer arco. La reforma más importante se realizó en el siglo XVlll bajo lo dirección del abad párroco Matías Menéndez de Luarca.

La puerta del pórtico es de piedra de cantería, formando un arco, y a uno de los lodos se encuentra lo pila bautismal. La puerta interior forma tres arcas góticas, y lo nave del templo, a ambos lados de un pequeño crucero se abre para dar paso a dos pequeñas capillas dedicadas a Ntra. Sra. del Rosario y del Carmen.

Interesantísimos son los retablos y las tallas interiores de la iglesia; el retablo principal, coronado por la imagen del Salvador, es del siglo XVll del escultor Juan de Castro, a quien también se deben los excelentes grupos de la Coronación de María y la Transfiguración así como las imágenes de San Juan Bautista, Santiago y María Magdalena. Del madrileño. Froilán Barrueto (siglo XVII) se cree que son las tallas de San Antonio. San Benito de Palermo y la Virgen del Carmen. Existen otras de José Faxín y de la escuela andaluza. Hay que señalar que en esta iglesia se conservan también algunas de las antiguas imágenes del desaparecido, bajo las aguas del embalse, templo de Salime.

Destacan también las chapas de hierro cincelado colocadas en al puerta interior, similares a los herrajes de la catedral de Lugo.

La casa Román del siglo XVIII, construida en mampostería de pizarra tiene una fachada sin apenas vanos. Su estructura es de patio interior con capilla adosada. Destaca en la puerta tres piedras monolíticas con tejadillo de pizarra.

La casa Magadán del siglo XVIII, su estructura es de torre cuadrada y de tres pisos con un ala rectangular a un lado. Destaca la entrada que es un gran hueco, sobre el que se sitúa el balcón. La casa está construida en el material tradicional que es mampostería y pizarra.

La casa Rubiero del siglo XVIII, es un conjunto de edificaciones alrededor de una torre. La puerta de entrada tiene arco de medio punto y sobre él su escudo nobiliario. Destaca la modestia de su construcción

La casa de la familia Robledo del siglo XVIII, su estructura es de bloque rectangular con galería abierta, tiene escudo en la fachada. La capilla está separada del edificio.

Capilla de Santa Marina de Buspol paso obligado en el Camino de Santiago. Interesante conjunto recogido en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Asturias.

Capilla del Carmen de Grandas, del siglo XVIII y vinculada a la Casa de Linera es paso del Camino de Santiago.

Ermita de Padraira, construida en 1689, conserva el recuerdo de la antigua malatería de San Lázaro, lugar donde se acogía a los peregrinos a Santiago de Compostela que contraían la lepra.

Iglesia de Santa María Magdalena, en Peñafuente, construida en 1605 destaca por su ábside hexagonal, un retablo policromado y un curiosísimo confesionario.

En el centro de Grandas de Salime destaca, por su belleza y cuidado, el Parque Municipal del Toural, actualmente llamado Parque Municipal Príncipe de Asturias, donde se pueden apreciar múltiples árboles, algunos traídos de lejanas tierras, destacando los castaños de indias, plátanos, aligustres, arces, hayas y fresnos.

Al lado del Colegio Público, se encuentra  la casa de Dirección, construida en 1.947 por la de Empresa del Salto respetando la arquitectura el popular.

Un breve paseo, por la carretera que sale hacia Pesoz, nos lleva a los vecinos pueblos de Los Valles y Santa María. En este último podemos visitar la Casona de los Suárez, buen ejemplo de la arquitectura rural del sigla XVIII.

La presa y central hidroeléctrica de Salime son dos sagnífica obras de ingeniería inauguradas en 1954. La presa tiene una altura de 132 m y la cola del embalse alcanza los 36 km.

El embalse apto para la navegación y la práctica de todo tipo de deportes náuticos. Cuenta con un servicio de lancha que une el embarcadero de Pénjamo con Villarpedre. Varios miradores jalonan la margen derecha de la carretera, con bonitas vistas sobre el embalse.

El edificio de la central de Salime ha sido seleccionado por la organización Docolomo (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno) por su significado dentro de la arquitectura moderna. Es obra de Joaquín Vaquero Palacios. De este edificio hay que destacar la sala de las turbinas con pinturas de su hijo Joaquín Vaquero Turcios, en la que se narra toda la construcción de la presa.

No está abierta al público, es necesario concertar cita previa para visitarlos.

Museo Etnográfico de Grandas de Salime

El Museo Etnográfico de Grandas de Salime, creado en 1.984 gracias a José Naveiras Escanlar, más conocido por Pepe el Ferreiro que reunió gran cantidad de instrumentos tradicionales desde aperos de labranza hasta útiles de ferreiro, que si no fuera por su labor hubieran desaparecido, y que suman más de 3.000 piezas. Este museo era la antigua casa rectoral que fue rehabilitada según su primitivo estilo. En ella que podemos ver las diferentes dependencias de la casa típica rural: la cocina, el almacén de aperos, la destilería, el dormitorio, la cuadras y sus construcciones auxiliares como hórreo y panera. También tiene una importante colección de madreñas y zuecos. Es el prototipo del museo vivo, ya que en él se puede observar en directo el trabajo de diferentes profesionales de la artesanía como son: tornería, telares, herrería, como la destilación de orujo y elaboración de vino dando como resultado un museo que supera lo meramente expositivo para convertirse en una muestra viva de la vida tradicional del concejo y de la comarca en general.

El Museo ocupa lo que fue la antigua Casa Rectoral, la cual fue rehabilitada para este fin inaugurándose en 1989.

En él podemos contemplar testimonios de la vida tradicional de la zona. Un Museo vivo, en el que trabajan artesanos.

En principio el Museo estaba situado en los bajos de la Casa Consistorial de Grandas, pero una vez que los bajos se quedaron pequeños se traslada a la Casa Rectoral. Desde ese momento se ha ido ampliando poco a poco.

La gestión del centro corresponde al Consorcio para la gestión del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, órgano en el que se integran la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos, el Ayuntamiento de Grandas de Salime, la Universidad de Oviedo, la Caja de Ahorros de Asturias y la Asociación de Amigos del Museo Etnográfico de Grandas de Salime.

Hoy en día nos encontramos estos tres espacios:

La casa rectoral, construcción rural del siglo XIX, realizada en mampostería de pizarra. Esta construcción es típica de la zona. Es un conjunto que tiene además de la casa, corral, hórreo y panera.

La antigua casa Rectoral de la parroquia de Grandas de Salime se reformó en 1989 y fue la primera sede de la colección del Museo Etnográfico en su actual ubicación. Las obras de restauración introdujeron pequeñas modificaciones en el aspecto externo del edificio y cambios de mayor envergadura en el interior, que fue necesario adaptar a su nueva función. Algunas de las puertas de las salas proceden de la Casa Guzmán de Samartín de Ozcos.

La casa Rectoral fue construida en 1814 sobre el solar de otra más antigua, derribada a causa de su mal estado. La reedificación de la casa Rectoral era ya una necesidad a fines del siglo XVIII. Sin embargo, la obra fue retrasándose, primero, por falta de dinero y, más tarde, a consecuencia de La Guerra de la Independencia, tras cuya conclusión dio comienzo la construcción del edificio que llegó hasta nosotros.

En la primera planta muestra la cocina tradicional, sala textil, la sala y "el cuartín". En la planta baja zapatería, bodega, la cantina, fragua, la sala de la madera y la tornería. En el exterior: cabanón, corredor, maqueta de un mazo, abeirugo, hórreo, pozo, panera y almiar.

La Casa del Molinero es una edificación contemporánea que aúna las características distintivas de la arquitectura tradicional de la comarca. Se trata de una construcción de dos plantas y desván con cubierta de pizarra.

El ingreso a la planta baja se produce por la fachada occidental, a través de un gran vano adintelado resguardado de la intemperie por el volado de la galería del piso superior. Este era el espacio en que habitualmente se ubicaban las cuadras en la casa campesina tradicional. El ingreso a la planta superior, donde se localizaría la vivienda, se realiza a través de una galería a la que se accede mediante unas escaleras integradas en el alzado. Las fachadas septentrional y oriental cuentan con sendos corredores volados sobre columnas de pizarra, otro de los elementos distintivos de estas casas.

La Casa del Molinero incluye una sala de exposiciones temporales con la era, el banzado, el molino, el batán y el cortín.

A Casoa o Casona es un edificio inaugurado en 1999 que representa una casoa (casona), vivienda característica de la pequeña nobleza rural o de los campesinos más acomodados, que había en muchas parroquias asturianas. Para su construcción se emplearon materiales originarios de la casa “El Méndez” (Francos, Pezós), construida en el siglo XVII. De ella proviene la sillería de piedra arenisca y los recercados de la ventana izquierda, balcón y puertas de la fachada principal. La ventana de la derecha fue elaborada por el escultor japonés, Tadanori Yamaguchi, en una colaboración desinteresada a través de la Escuela de Arte de la Universidad de Oviedo. El escudo, perteneciente a los Álvarez Castrillón, procede de la “Casa de José de Pepe” (Sanzo, Pezós).

En él se exponen materiales procedentes de diversos concejos asturianos y gallegos. Recreando un mundo rural olvidado. Se muestran también algunos materiales procedentes de otras regiones de la Península así como de otros países europeos, reflejando la diversidad cultural. En la planta baja se encuentran: barbería, sastrería, comercio de ultramarinos, correos y cocina económica. En la primera planta: colección de madreñas y zuecos, sistema de medidas, escuela, sistemas de alumbrado, dentista, hospitalillo, apicultura, artes de caza y pesca. En el exterior capilla y "cabazo".

Castro y museo de Chao Samartín

El origen del Chao Samartín como asentamiento humano se remonta a la Edad del Bronce cuando, en torno al año 800 a. C., se estableció sobre su explanada superior un primer recinto fortificado.

Durante la Edad del Hierro las defensas fueron renovadas en varias ocasiones para dar protección a un poblado en el que, a partir del siglo IV a.C., están presentes los rasgos más característicos del hábitat castreño: fosos, murallas de módulos y cabañas de planta simple para uso doméstico o de grandes dimensiones para el servicio comunitario. También se construye la primera sauna y se atestiguan talleres metalúrgicos relacionados con la transformación del oro, la plata y el bronce.

En época romana, el castro se convierte en una próspera capital administrativa bajo el control del ejército imperial. La expresión arquitectónica más relevante de esta nueva condición es la gran casa señorial o domus que se instala sobre el viejo caserío castreño, incorporando novedosos materiales y técnicas constructivas, destacando en este periodo la construcción de la plaza, la ampliación de la sauna y sobre todo la construcción de una casa señorial o domus. A mediados del siglo II d.C.

En el siglo II d.C. un terremoto destruye el poblado. Sobre sus ruinas, ya en tiempos altomedievales, se instaló una necrópolis vigente en tiempos de la monarquía asturiana.

El Yacimiento del Chao Samartín se excava oficialmente desde el año 1990. Desde este momento se ha venido excavando regularmente todos los años, poniendo al descubierto un magnífico poblado castreño que esconde entre sus ruinas una valiosa información, una gran cantidad de material.

Fosos, murallas de módulos, cabañas de planta simple para uso doméstico, cabaña de uso social, sauna, talleres metalúrgicos relacionados con la transformación del oro, la plata y el bronce, se dan cita en el poblado del Chao Samartín a partir del siglo IV a.C.

Aunque la existencia de antiguas fortificaciones en el lugar era recogida en los diccionarios geográficos elaborados durante los siglos XVIII y XIX, J.M. González con el Chao Samartín al fondo, 1967. Colección de Diógenes Garcíael Chao Samartín fue reconocido como castro en 1967 por José Manuel González, tras la visita realizada en compañía y por indicación de José Lombardía Zardaín.

Una década después tuvo lugar el acontecimiento que habría de determinar el inicio de las excavaciones arqueológicas y la revisión de lo hasta entonces conocido del mundo castreño en el occidente de Asturias.

El protagonista de aquellos hechos, José María Navieras Escanlar, “Pepe el Ferreiro”, describió el acontecimiento en la prensa regional con todo tipo de detalles.  Su relato apasionado resume el descubrimiento casual de una cabaña bajo las, por entonces, tierras de labor del Chao que se convirtió durante meses en entretenimiento arqueológico de un grupo de voluntariosos vecinos. La preocupación del señor Naveiras hizo posible la conservación de aquel extraordinario material y el conocimiento de su existencia por los investigadores universitarios.

Las excavaciones arqueológicas dieron comienzo en 1990 como consecuencia de la revisión, durante la elaboración del inventario arqueológico del concejo, de aquellas piezas custodiadas en el Museo Etnográfico de Grandas de Salime.

Las campañas de excavación se sucedieron con regularidad hasta 2009, como parte del Plan Arqueológico Director de la Cuenca del Navia, bajo la tutela y patrocinio del Principado de Asturias, de la Asociación de Amigos del Parque Histórico del Navia y la colaboración del Ayuntamiento de Grandas de Salime.

Hasta 1994 las excavaciones fueron dirigidas por Elías Carrocera Fernández, profesor de la Universidad de Oviedo, y a partir de 1995 por el equipo de técnicos coordinados por Ángel Villa Valdés.

Gracias a los descubrimientos aportados por las investigaciones arqueológicas que se realizan como parte del programa de actividades del Plan Arqueológico del Navia-Eo, ha sido posible abrir un Museo, con una colección integrada por un gran conjunto de piezas procedentes en su mayor parte del Chao Samartín.

El Museo del Chao Samartín se localiza en el lugar de Castro, inmediato a las ruinas del yacimiento, sobre una ladera que proporciona una visión panorámica del conjunto arqueológico y su entorno.

El Museo pretende ilustrar el origen y evolución de los poblados fortificados del occidente de Asturias a partir de los descubrimientos aportados por las investigaciones arqueológicas que se realizan desde hace décadas como parte del programa de actividades del Plan Arqueológico de la Cuenca del Navia-Eo.

La exposición permanente se articula en cuatro grandes bloques temáticos: los antecedentes arqueológicos de la comarca, el Chao Samartín y su contexto actual, los grandes capítulos cronológicos reconocidos en el yacimiento y la reconstrucción de la historia a partir de los materiales arqueológicos.

La colección que se exhibe está integrada por un nutrido y relevante conjunto de piezas procedentes en su mayor parte del Chao Samartín pero también de otros yacimientos de la comarca como Os Castros de Taramundi o Monte Castrelo de Pelou.

Teléfono: (34) 985 627 143

Horario Habitual:

  • Martes - Sábado: 11:00 - 13:00 y 16:00 - 17:30 h.
  • Domingos y festivos: 11:00 - 13:30 h.

Visitas guiadas al Yacimiento desde el Museo, de Martes a Sábado: 13:00 y 17:30 h. Domingos y festivos: 13:30.

Horario de Verano (Del 1 de Junio al 30 de Septiembre):

  • Martes - Viernes: 11:00 – 13:00 y 16:00 – 18:00 h.
  • Sábado: 11:00 – 13:00 y 16:00 – 18:30 h.
  • Domingos y festivos: 11:30 – 13:30 h.

Visitas guiadas al Yacimiento desde el Museo, de Martes a Viernes a las 13:00 y a las 18:00 h. Los Sábados a las 13:00 y a las 18:30 h. Los Domingos y festivos a las 13:30 h.La recepción de visitantes se realiza en el Museo, que se encuentra a 200 m de las ruinas arqueológicas. Se recomiendan 45 minutos para la realización de una visita detallada al centro. Las visitas al yacimiento parten del Museo, tienen una duración media de 60 minutos y son siempre guiadas, ofertándose el servicio en castellano, francés e inglés.

Existe un cupo máximo de 20 personas por visita. Los grupos de más de 20 personas se atenderán previa cita. El Museo cuenta con accesos para minusválidos.

Cerrado: Todos los lunes del año, 1 y 6 de Enero, 24 de Junio, primer domingo de Agosto y 24, 25 y 31 de Diciembre.

Nota: En los casos en los que no haya gente para la visita al yacimiento, el museo permanecerá abierto durante esa hora programada para la visita guiada al castro.

Es necesario adquirir la entrada en el Museo para la visita al Yacimiento existiendo tarifas reducidas para grupos, niños y pensionistas.

Túmulo del Canadeiro

Construido por los primeros colonizadores neolíticos, su excavación procuró las cerámicas más antiguas conocidas en la comarca y demostró la reutilización del monumento siglos después de su construcción.

Se localiza en las proximidades del pueblo de Xestoselo, en Grandas de Salime. Fue reconocido en 1989 durante la elaboración del inventario arqueológico del concejo como parte de una necrópolis que reúne seis estructuras tumulares.

Durante años fue objeto de un desmantelamiento paulatino que condujo a la pérdida de una parte significativa de la masa tumular. Ante esta situación,  el Principado de Asturias emprendió, en el marco del Plan Arqueológico de la Cuenca del Navia, un proyecto de excavación y posterior acondicionamiento para su interpretación y visita.

La excavación reveló una estructura carente de cámara ortostática, constituida por una masa térrea recrecida al menos en una ocasión, y acumulada sobre una plataforma ceremonial en la que fueron excavadas las fosas funerarias. El registro material aportó algunas cerámicas y permitió, además, el procesamiento de varias muestras orgánicas que remontan la construcción del monumento a la primera mitad del IV milenio.

La tumba neolítica de El Canadeiro, en Xestoselo (Asturias) fue desmanteladas durante siglos hasta su casi total destrucción. En el año 1996, lo que restaba del túmulo funerario fue excavado, restaurado y acondicionado para su conservación, visita e interpretación. El proyecto hubo de adaptarse a sus particulares condiciones: yacimiento arqueológico en campo abierto sin custodia ni servicios de atención a visitantes.

Petroglifos de la Xorenga

Las manifestaciones artísticas del Neolítico y la Edad del Bronce son muy sencillas. Se limitan a pequeños vaciados de roca o en las coberturas de los dólmenes, se denominan cazoletas y son de uso desconocido. Junto a estas en la Xorenga aparecen unos signos de trazo laciforme que apuntan cierto parecido con la forma humana. Su significado es también desconocido.

Para llegar, tomar la carretera AS-28 dirección Puerto del Acebo. Al llegar al pueblo de Xestoselo, a unos 9 km de Grandas, tomar la desviación a la izquierda dirección Nogueirou. Al poco recorrido vemos a la izquierda el Túmulo del Canadeiro. Siguiendo la carretera unos 500m, a la derecha en el cruce de Nogueirou-Llandecarballo, están los Petroglifos de La Xorenga. Aquí hay un panel explicativo, pero deben buscar los Petroglifos sobre la roca en la orilla contraria.

Túneles de Penafurada

Construcción romana que canaliza las aguas de la Sierra del Acebo hasta la antigua mina de oro del Valabilleiro.

Desde que el emperador Augusto estableció el oro como patrón moneda, el suministro regular de este metal se convirtió en un asunto de importancia trascendental para Roma. Por están razón, las montañas del occidente de Asturias, ricas en depósitos auríferos, fueron intensamente exploradas y removidas por los mineros. Para ello se requería el aporte continuo de agua que tan sólo una cuidada red hidráulica auxiliar podía garantizar.

El canal del que forman parte los túneles de Penafurada fueron construidos para abastecer la mina de Valabilleiro con los arroyos de la sierra del Acebo. La mínima pendiente lograda y la regularidad en su trazado a lo largo de varios Kilómetros favorecieron su reutilización durante siglos como caminos, denominados en muchos sitios de Asturias como "Antigü