2 berenjenas
½ cebolla picada finamente
6 huevos
½ L de nata
Aceite de oliva
Harina y pan rallado
Sal

Las berenjenas se pelan y se cortan en rodajas finas y con sal las colocamos en un colador durante unas dos horas para que suelten su jugo amargo.

Se enharina la mitad de las berenjenas y se fríen en aceite de oliva y se sacan a un plato con papel de cocina para que suelte el exceso de grasa. La otra mitad se rehoga con la cebolla picada.

Se mezclan los huevos con la nata y el refrito de berenjenas y cebolla; pasándolo con la batidora hasta que quede una masa fina y se pone a punto de sal.

Con un poco de aceite de oliva se unta un molde para pudding y se espolvorea con pan rallado para que a la hora de desmoldar salga más fácilmente.

Se colocan las rodajas de berenjenas fritas en el fondo del molde, vertiendo sobre ellas la mezcla de los huevos y nata.

Se introduce en un horno a 180º al Baño María y tapado con papel de aluminio hasta que quede esponjoso.

Se sirve caliente, pudiendo ir acompañado de una salsa de queso caliente.