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Situación del Monte Naranco
Situación de los monumentos del Monte Naranco
1.- Aparcamiento público, 2.- Aula del Prerrománico, 3.- Santa María del Naranco, 4.- San MIguel de Lillo, 5.- Carretera a Oviedo, 6.- carretera a Ules, 7.- Carretera al Monte Naranco.

El monte Naranco es una sierra situada al Norte de la ciudad de Oviedo, que se extiende parcialmente por la ladera meridional formando precisamente el barrio de Ciudad Naranco. Forma un arco de unos 5 kilómetros cuyo extremo noroeste apunta a la parroquia de Villaperi y el extremo oeste a Lloriana. Al norte y al este de la sierra transcurre el río Nora. Su relieve es poco destacado con cotas de poca importancia entre las que destaca el Pico del Paisano con 634 msnm.

Existieron en esta sierra asentamientos castreños como lo demuestran los diversos castros encontrados en las estribaciones del Naranco, así como hubo, sin duda, asentamientos romanos como indican las monedas y tumbas allí descubiertas. En la cara norte del Pico del Paisano se conservan todavía los restos de dos pozos de nieve. Asimismo en su falda se encuentran importantes monumentos prerrománicos como Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.

Coronando la cima de este conocido monte se encuentra el área recreativa del Naranco, una superficie a 600 metros de altura y con 31 hectáreas de espacio libre; antiguamente, esta zona constituía un campo militar de prácticas de tiro, pero hoy día dispone de un merendero, zonas verdes y columpios.

Por la falda del monte discurre además una senda peatonal muy concurrida por numerosos ovetenses diariamente, conocida como "Pista Finlandesa", la cual parte del barrio de Ciudad Naranco y transcurre oficialmente por el monte durante aproximadamente 2.5 km hasta Fitoria, aunque es posible continuar por la carretera. Está equipada con asientos, fuentes, y complementos deportivos.

Durante la guerra civil que siguió al golpe de estado del 18 de julio de 1936, el Naranco fue línea de frente conservándose en la actualidad diversos restos de fortificaciones utilizadas por las tropas leales a la legitimidad democrática.

El monte Naranco, fiel compañero de la ciudad en sus avatares históricos, esta seriamente amenazado por unas canteras que devoran su vertiente septentrional y por la especulación inmobiliaria; las espectaculares vistas son un atractivo que algunos quieren solo para ellos.