Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Libreta de apuntes
Inulinas

¿Qué son las inulinas

órmula desarrollada de la inulina

Nombre (IUPAC) sistemático

Inulina

General

Fórmula semidesarrollada

C6nH10n+2O5n+1

Identificadores

Número CAS

9005-80-5

Propiedades físicas

Estado de agregación

Sólido

Apariencia

Similar al almidón

Punto de fusión

453 K (179,85 °C)

Punto de ebullición

-273,15 °C

Propiedades químicas

Solubilidad en agua

Forma geles

Valores en el SI y en condiciones normales, (0 °C y 1 atm), salvo que se indique lo contrario.

Las inulinas son polímeros de fructosa formados por entre 2 y 150 unidades de fructosa, con una glucosa en el extremo. La más sencilla de las inulinas, que debería considerse un oligosacárido, es la 1-kestosa. Es, por lo tanto, un fructosano o fructano, que se encuentran generalmente en las raíces, tubérculos y rizomas de ciertas plantas fanerógamas como achicoria, diente de león, etc. Las inulinas de menor tamaño tienen sabor dulce, mientras que las de mayor longitud de cadena carecen de sabor. Forma parte de la fibra alimentaria. Se encuentran presentes en muchos vegetales, como el espárrago, alcachofa, plátano, en los tubérculos de dalia, en alcauciles, ajos y cebolla. Una dieta normal aporta diarimante unos diez gramos de inulina. También se encuentran inulinas (de longitud de cadena larga) como polisacárido de reserva, representando la mayoría de su peso seco, en la raíz de la achicoria y en los tubérculos de la pataca o tupinambo, Helianthus tuberosus.

Su nombre procede de la primera planta que se aisló en 1804, el helenio (Inula helenium).

Se considera que la dieta occidental aporta 1-10 g diarios de inulina. Una vez ingerida, la inulina libera fructosa durante la digestión, aunque en pequeña proporción, ya que el organismo humano carece de enzimas específicas para hidrolizarla. Además, la inulina es una sustancia útil para evaluar la función del glomérulo renal, ya que se excreta sin ser reabsorbida a nivel tubular.

La inulina no es digerible por las enzimas humanas, por lo que en principio no aporta calorías. Se utiliza por lo tanto en la elaboración de algunos alimentos dietéticos. Si es hidrolizada en parte por las bacterias del tubo digestivo, contribuyendo a seleccionar la flora a favor de las bifidobacterias, por lo que se utiliza también como ingrediente “funcional”. Se hidroliza con facilidad en medio ácido, por lo que en algún momento se ha considerado la posibilidad de utilizarla para la elaboración industrial de jarabes de fructosa. Sin embargo, los sistemas actuales de producción de fructosa a partir de almidón son en este momento económicamente más ventajosos.

Efectos sobre el organismo humano

Degradación enzimática

La inulina no es degradada por las enzimas humanas ptialina y amilasa, presentes en la saliva y secreción pancreática, ya que sus enlaces β(1->2) resisten la acción de estas enzimas. Como resultado, la inulina atraviesa la mayor parte del tracto digestivo prácticamente sin cambios (sólo sufre un grado bajo de hidrólisis ácida en el estómago), y es sólo en el colon donde comienza a sufrir transformaciones importantes.

En la primera porción del intestino grueso las bacterias en él residentes comienzan a degradar la inulina en grandes proporciones y a metabolizarla produciendo en el proceso ácidos grasos de cadena corta, especialmente ácido butírico, dióxido de carbono, hidrógeno y metano.

Es por ello que los alimentos que contienen inulina en grandes cantidades pueden provocar flatulencia y molestias intestinales, en especial en aquellas personas que no están acostumbradas a ingerirlos. Es recomendable entonces que tales alimentos se consuman en pequeñas cantidades al principio, hasta que el organismo se adapte.

La microbiota intestinal

La inulina estimula el crecimiento de la microbiota intestinal o microorganismos que habitan en el del intestino y que resulta beneficiosa. Ello se debe a que atraviesa el estómago y el duodeno prácticamente sin sufrir cambios y alcanza el intestino delgado casi sin digerir. Aquí está disponible para ser metabolizada por algunos de los microorganimos intestinales, como las bifidobacterias y los lactobacillos, promoviendo su asentamiento y desarrollo. Por favorecer el crecimiento de las bifidobacterias se dice que la inulina tiene un efecto bifidogénico y por promover el crecimiento de microorganismos beneficiosos para la salud se considera que tiene actividad prebiótica.

El tracto gastrointestinal

La inulina es un integrante de la fibra alimentaria, en particular de la llamada fibra soluble. Al ser moderadamente soluble en agua, tiene además la propiedad de formar geles que retienen una gran cantidad de agua. Los subproductos de metabolización de la inulina parece que aumentan el peristaltismo intestinal y facilitan la absorción de algunos elementos minerales como calcio, magnesio y fósforo, pero esta absorción mejorada disminuye con el tiempo.

La glucemia

Debido a que la digestión natural de la inulina no libera cantidades importantes de azúcar, ya que el carbohidrato liberado es principalmente fructuosa cuyo metabolismo no está influido por la hormona insulina; ésta no eleva de manera significativa los niveles sanguíneos de glucosa o de insulina.

Ya que los oligosacáridos más simples de la familia de la inulina tienen sabor dulce y los polisacáridos más complejos poseen propiedades similares al almidón, estas características pueden ser empleadas para elaborar edulcorantes y sucedáneos de harinas muy útiles para el control de los niveles de glucosa en individuos diabéticos. No obstante, esta recomendación debe efectuarse con cautela.

Indicaciones y contraindicaciones

Se ha estimado que la dieta occidental aporta 1-10 g diarios de inulinas o fructooligosacáridos y que muchos alimentos que contienen naturalmente cantidades importantes de inulinas o fructooligosacáridos, tales como la achicoria (Cichorium intybus) y el puerro o ajopuerro (Allium ampeloprasum var. porrum), y por ello han sido conocidos desde la antigüedad como "estimulantes de la buena salud".

La inulina es ampliamente reconocida como segura, incluso por los organismos de control de alimentos tales como la FDA. Por ello, en Europa desde enero del 2007 se autoriza su incorporación a todos los productos alimenticios. Sin embargo, y además de los beneficios antes mencionados, también se han señalado reacciones adversas a la inulina, especialmente en individuos diabéticos.

Aproximadamente entre un 30% y un 40% de la población mundial sufre de un síndrome de malabsorción de fructuosa, debido a que la inulina es un fructano y resulta problemática para estos individuos. La recomendación es entonces limitar la ingesta a 0,5 g de inulina por comida para estos individuos.

Aplicaciones de las inulinas

Usos industriales

La inulina, tal como se obtiene de las plantas que la contienen, puede ser directamente convertida en etanol, por medio de una sacarificación y fermentación microbiológica simultánea. Esta técnica es la base para la obtención de las bebidas alcohólicas mezcal y tequila, pero también posee un enorme potencial para convertir residuos de cosecha de alta inulina en etanol para ser utilizado como combustible.

Usos alimentarios

La inulina se está utilizando de manera creciente en el procesado de alimentos, debido a sus inusuales características nutricionales y, en especial, a sus propiedades como ingrediente alimentario. Hay que tener en cuenta que según la legislación europea, la inulina no es un aditivo alimentario. Propiedades que van desde un sabor moderadamente dulce en los miembros más sencillos de la familia, hasta los más complejos que pueden servir como sucedáneos de harinas; pasando por una enorme cantidad de compuestos de mediana complejidad sin sabor y con una textura y palatabilidad muy similar a la de las grasas. Además de estas propiedades, es interesante destacar que la metabolización de la inulina aporta 1,5 kcal /g.[8] Por todo ello, en numerosos productos, en especial lácteos y helados, la inulina se usa para reemplazar a las grasas.

Usos médicos y terapéuticos

Aunque en algunas circunstancias no resulta apropiada, la inulina se ha utilizado en la práctica clínica para medir el índice de filtración glomerular o GFR por sus siglas en inglés. En esta técnica se basa en una de las muchas propiedades de la inulina, ya que al ser un compuesto inocuo, no degradable por las enzimas del organismo humano, que filtra casi completamente a nivel del glomérulo renal, y lo hace sin ser reabsorbido ni excretado a nivel tubular. Usualmente se compara los resultados del GFR obtenidos con inulina con un análisis similar en el que se utiliza PAH (ácido paraaminohipúrico), que es excretado totalmente a nivel tubular sin ser reabsorbido. Este análisis, si bien es largo y caro, brinda información esencial acerca del volumen sanguíneo que filtra el riñón por unidad de tiempo.

En cuanto a los potenciales usos terapéuticos, ya se ha indicado que favorece la absorción de calcio , por lo que tiene virtual interés en el mantenimiento de la salud ósea.

Otras aplicaciones que se han propuesto es usarla, sola o en combinación con bacterias probióticas, en los tratamientos de la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa), de la hipercolesterolemia, o del estreñimiento.

Atención, antes de tomar cualquier medicamento, por inocente que pueda parecer, o someterse a cualquier tratamiento, consulte a un médico cualificado y debidamente acreditado.

Documentación

http://www.angelfire.com
http://www.dietas.com
http://milksci.unizar.es
http://html.rincondelvago.com
http://www.saludalia.com
http://www.um.es
http://es.wikipedia.org/
http://www.zonadiet.com/