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La Página de Bedri
Conservas caseras y mermeladas
Butifarra
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La butifarra o botifarra se trata de un embutido procedente de Cataluña y que puede encontrarse también en Baleares, Comunidad Valenciana , Murcia y Andalucía (Chiclana de la Frontera). Se compone en su base de carne picada de porcino y con gran cantidad de pimienta así como otras especias.

Existen principalmente dos variantes:

  • La butifarra negra se hace a base de carnes magras y grasas y de la sangre del cerdo.

  • La butifarra blanca está hecha únicamente de carne magra.

No obstante en las diferentes comarcas de España se producen diversos tipos de butifarras: las variedades alcanzan a las: negras, las blancas, la llamada girella (con arroz, pan, ajo y perejil), las que tienen hígado, las hechas de lengua (botifarra traidora), trufadas, de perol, las que contienen cebolla y piñones etc.

En el litoral mediterráneo existen muchas recetas de platos que tienen como ingrediente base la butifarra.

Receta básica de la butifarra

Picar carne magra de cualquier clase y mitad de tocino aproximadamente. Por ejemplo, la carne de un jamón fresco, con tocino y todo, pudiendo añadir en este caso, la piel previamente cocida hasta que esté tierna.

Añadir pimienta (1gr. por kilo de carne) y sal (10 gramos por kilo de carne), amasar y dejar en el frigorífico hasta el día siguiente, en una bolsa de plástico o un recipiente hermético para que no reseque. Se suelen añadir otros condimentos, principalmente perejil y ajo que picamos junto a la carne.

Cada ocho horas conviene probar, corregir los condimentos si procede, y volver a amasar la mezcla.

Embutir en una tripa previamente remojada en salmuera tibia tras lo cual se atan sus extremos a modo de collar. Si se desea atar por el medio, para obtener porciones más cortas, hay que embutir flojo o atar al tiempo que se embute.

Colocar las butifarras en una olla con agua fría, a ser posible colgadas de modo que no toquen el fondo, y se cuecen hasta que transcurridos 30 ó 35 minutos, rompa a hervir el agua. Hay que sincronizar el tiempo con la fuerza del fuego a ojo de buen cubero y depende de la olla y de la cantidad de agua y embutido.

Se sacan y se meten en agua muy fría para que la grasa se solidifique alrededor, favoreciendo su conservación al impedir que se reseque. Si se prefiere perder esta grasa las dejamos escurrir y enfriar lentamente.

Una vez frías se cuelgan a orear para que pierdan la humedad exterior y se meten en el frigorífico, en donde aguantan de diez a quince días envueltas en un paño húmedo o en una bolsa de plástico para que no resequen, sobre todo una vez empezada. También se pueden congelar.