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  • La Página de Bedri

En un vivero de té se crían plantas que se transplantan a la plantación al cabo de unos seis meses cuando miden entre 15 y 20 cm. Al cabo de dos años cuando alcanza los 150-180 cm se podan a 30 cm, se les deja crecer un poco y se van podando cada semana para mantenerlos a la altura de la cintura. La recolección con fines comerciales no comienza hasta 3 o 5 años después, según la altitud y las condiciones meteorológicas de la zona

Este árbol se cultiva con una tamaño reducido para facilitar la cosecha, sus hojas son elípticas, brillantes, produce flores blancas que dan paso a un fruto capsular que contiene tres semillas.

El motivo por el cual se cultiva en países como Kenya o Sri Lanka es por su clima favorable ya que esta camelia es especialmente delicada con el frío extremo.

Para que la planta vaya tomando la forma deseada desde el primer año se le aplican varias podas siempre con la finalidad de que se puedan cosechar con facilidad las hojas superiores que son las ricas en taninos y teína.

El árbol de té crece en las regiones con clima caluroso y húmedo, con lluvias regulares, preferentemente repartidas todo el año. La temperatura media optima está entre los 18°C - 19°C y debe de tener escasas variaciones diarias.

La influencia del clima actúa a la vez en el volumen y en la calidad de la cosecha. Un clima demasiado húmedo dará resultados de calidad inferior, mientras que una temporada seca dará una cosecha de calidad superior. La altitud favorece también la calidad pero reduce el rendimiento. En regiones tropicales, el árbol de té puede cultivarse a una altitud del nivel del mar hasta 2.500 m por encima de este mismo nivel.

La luz es importante: es necesaria a la formación de los aceites esenciales, que da al licor su aroma. La luz debe de ser preferentemente difuminada: es la razón porque encontraremos casi siempre en una plantación grandes árboles colocados de forma regular, contribuyendo así al equilibrio ecológico del suelo y difuminando los rayos del sol.

El suelo debe de ser permeable, aireado y hondo porque las raíces del árbol de té bajan a veces hasta 6 m de profundidad. La capa arable debe de ser al menos de 1,5m. El mejor suelo es joven y volcánico, muy permeable y rico en humus, ni básico ni demasiado arcillado. El cultivo del té siempre se hace en pendientes, dragadas naturalmente porque el árbol de té, al contrario del arroz, no soporta el agua estancada. Este apremio tiene también una ventaja: siendo muy resistente, el árbol de té puede ser cultivado en condiciones extremas de pendiente y se adapta perfectamente a los relieves montañosos.

La cosecha

Al ser el té un árbol de hoja perenne, la cosecha debería ser posible a lo largo de todo el año, pero las condiciones climáticas la limitan a ciertos meses. La cosecha no se realiza durante los periodos de detención o disminución en la velocidad de crecimiento, fenómeno que se presenta en plantaciones de altitud y durante los meses fríos.

Al cabo del quinto año de crecimiento, se procede al comienzo de la cosecha del té. Esta operación, que consiste en una poda repetida de las ramillas jóvenes, lo cual se hace en ciclos de 7 a 15 días, en función del crecimiento, del clima y de la cantidad de té por cosechar.

La cosecha de las hojas de té es todo un arte que tiene mucha importancia y que requiere precisión y metódica. Tradicionalmente, es una operación manual a menudo soportada por las mujeres mientras que los hombres se encargan del mantenimiento de las plantaciones. Es también en la precisión de la cosecha que se apoya la clasificación de las graduaciones.

Las hojas se recolectan cuando los nuevos brotes empiezan a crecer. Cada tallo termina en una yema que se convierte en brote joven cubierto de una ligera pelusa (yema terminal o pekoe). Debajo en el mismo tallo se encuentran varias hojas que ya han llegado a la madurez, siendo la más vieja la más alejada de la yema.

Distinguimos varios métodos de recogida. Al revés de otros tantos productos agrícolas, el té es un producto que crece todo el año y no puede ser cosechado en una o dos veces. Es un producto frágil cuya recogida se efectuará en los periodos de cosecha por ciclos con el objetivo de respetar el ritmo de regeneración del árbol (aproximadamente cada dos semanas entre Marzo y Julio).

Los recolectores arrancan el nuevo brote con un movimiento descendiente del dedo pulgar y luego las colocan en cestas individuales. Hablamos de distintos tipos de cosecha según el número de hojas que se arrancan de los brotes:

  • Cosecha imperial (P+1) : se toma la yema y no más que una hoja. Prácticamente ha desaparecido.
  • Cosecha fina (P+2): se toma la yema y dos hojas. Tés de muy buena calidad
  • Cosecha ordinaria (P+3): se toma la yema y tres hojas. Cosecha más corriente.

La recolección mecánica con cosechadoras o con tijeras manuales ha sustituido a la recolección manual, método tradicional que requería gran destreza ; siendo la calidad del té inevitablemente inferior.

Tipos de cosecha

Al extremo de cada tallo se forma una pequeña yema la cual pronto se convertirá en joven hoja. Esta hoja terminal está aún enrollada sobre si misma y forma la yema

Después de la yema se encuentran otras hojas a lo largo del tallo. La calidad de la cosecha esta determinada por el número de hojas que se coge después de la yema: cuanto más se cojan, menos la cosecha será sutil.

Existe tres tipos de cosecha:

Imperial

La yema terminal (pekoe) + una hoja, la que sigue siempre empezando por la cumbre del árbol (la recogida de las hojas de tés se efectúan de arriba a abajo porque las hojas más altas son las que contienen más teína y taninos. Además, el momento en el día para la recogida del té es importante. Las hojas cogidas por la mañana presentan un índice superior en polifenoles que las de la tarde.

Es un método de cosecha de calidad excepcional, muy poco productiva que casi ha desaparecido hoy en día.

Fina

La yema + 2 hojas. Este tipo de recogida da tés de muy alta calidad.

Mediana

La yema + las 3 hojas que la sigue.

Da tés de menos calidad que los anteriores pero permite al árbol de té de desarrollarse mejor.

Las hojas nunca son recogidas por separado: siempre se toma la parte del tallo que junta la yema a la hoja.

Para conseguir ciertas calidades buscadas, se recoge hasta la cuarta y quinta hoja, las llamadas souchong, que encontramos a menudo en los tés ahumados chinos.

Al cabo de cierto tiempo, el árbol de té tiene ramificaciones sin yema, se trata del periodo de reposo. La yema terminal está formada por hojas « sordas » las cuales se quitan. luego, las ramificaciones crecen de forma normal.

ADVERTENCIA: si usted está enfermo o cree que pudiera estarlo acuda a su médico, solo él puede ofrecerle un diagnostico y un tratamiento adecuado a su caso basado en el conocimiento y en estudios serios, rigurosos y avalados por la evidencia científica demostrable. La salud es un bien que no tiene repuesto.