De la misma manera que para la congelación, el proceso inverso debe realizarse de acuerdo con una serie de normas y precauciones.
Descongelar en el frigorífico, ya que el frío protege del desarrollo microbiano, la cantidad justa necesaria y consumir o elaborar en un plazo máximo de 24 horas hace que el alimento recupere su aspecto, sabor y olor originales. Debe tenerse en cuenta que el producto ha de estar separado del resto para evitar contaminaciones cruzadas. Para ello, se puede colocar en un recipiente limpio e impermeable dentro del frigorífico, evitando siempre que gotee sobre otros alimentos.
Descongelar a temperatura ambiente (o mantener a temperaturas templadas el producto descongelado) es una práctica de alto riesgo que pone en peligro la seguridad del producto.
Si adquirió el alimento congelado en el comercio, siga las instrucciones del envase que deben estar en letra clara, legible y en el idioma oficial de su país. Todos los envases deben hacer constar además del numero de lote la fecha de caducidad o consumo preferente después de la cual debe desecharse el producto.
Algunos alimentos, como
verduras
y
hortalizas, pueden cocinarse directamente en agua hirviendo previamente troceadas y escaldadas.
En general, los alimentos preparados o precocinados pueden cocinarse directamente pero antes asegúrese consultado las instrucciones que deben figurar en el exterior del envase en letra clara, legible y en el idioma oficial de su país.
Carnes y pescados han de descongelarse lentamente en el frigorífico, nevera o refrigerador durante varias horas según el tamaño de la pieza. Nunca los descongele debajo de un chorro de agua ni por inmersión en agua. No cocine, especialmente en la sartén carne o pescado deficientemente descongelado.
Si ha congelado alimentos cocinados por usted, nunca los descongele a temperatura ambiente, utilice el frigorífico o refrigerador o caliéntelos en la olla a fuego muy suave, también en el horno o en agua fría sin sacarlo de su envase.
Si usted dispone de
horno microondas, podrá acelerar la descongelación en gran medida pero teniendo en cuenta el grosor de la pieza y que al tiempo que se descongela va a ir cocinándose.
Si descongela pescado en el
microondas, utilícelo inmediatamente terminado su descongelamiento
Nunca vuelva a congelar un alimento descongelado aunque solo lo haya sido parcialmente. El único caso en el que se puede volver a congelar es cuando ha sido previamente cocinado con calor intenso, ya que este proceso reduce drásticamente el número de microorganismos.
Cocinar a fondo asegurando una temperatura interna de 70ºC es recomendable en todos los casos. Una vez descongelado, el alimento crudo se debe cocinar totalmente, lo que asegura que el calor (al menos 70ºC) llegue al centro del producto lo más rápidamente posible. Si se trata de una elaboración ya cocinada, debe recalentarse a fondo asegurando esta temperatura en toda la preparación y consumir lo antes posible. Si no se consume, las sobras no deben reutilizarse.
Las temperaturas de congelación no destruyen los microorganismos causantes del deterioro de los alimentos y de las toxiinfecciones alimentarias, sino que detienen su crecimiento y desarrollo (dependiendo del tipo de microorganismo y de las condiciones ambientales. Tampoco las enzimas, que son unas sustancias químicas que degradan progresivamente los alimentos, se eliminan, sino que simplemente detienen su actividad. Así, cuando cesa el frío intenso, a temperaturas intermedias, las que van desde la descongelación al cocinado, los microorganismos comenzarán a multiplicarse rápidamente, así como también los procesos de deterioro del alimento que vuelven a reactivarse.
Si en este momento en vez de consumir se recongela de nuevo, lo único que conseguiremos es congelar un alimento que no sólo ya ha comenzado a deteriorarse sino que además contiene un número mayor de microorganismos que se volverán a desarrollar la próxima vez que se descongele. Algo parecido ocurrirá si tras descongelarlo lo mantenemos almacenado un tiempo excesivo en condiciones de riesgo, dando a los microorganismos la oportunidad de proliferar. La única excepción es recongelar un alimento cocinado que ya había estado congelado en crudo: la razón es que el cocinado (al calor intenso) sí elimina la mayoría de los microorganismos.
A pesar de que la mayoría de los patógenos no se multiplican por debajo de 4ºC, y que por debajo de 10ºC lo hacen muy lentamente, no podemos considerar a los alimentos refrigerados como carentes de riesgos microbiológicos. El problema no radica en los patógenos clásicos como 'Salmonella', sino en los llamados patógenos emergentes, que se caracterizan por su capacidad para multiplicarse, aunque más lentamente, a temperaturas de refrigeración o cercanas a los 0ºC. Los más destacados son
Listeria monocytogenes, Yersinia enterocolitica y Aeromonas hydrophila.
Listeria monocytogenes
Los alimentos más implicados son los
quesos
frescos, los derivados de la
leche y los
embutidos
y carnes, especialmente si están cortados en lonchas y envasados al vacío. La principal vía de diseminación son las superficies, sobre todo si se encuentran húmedas. Para evitar este riesgo es fundamental mantenerlas limpias, desinfectadas y secas.
Aeromonas hydrophila
Se encuentra preferentemente en el agua, cuya contaminación se considera una de las principales fuentes de infección. Puede hallarse en cantidades importantes en pescado, marisco y productos derivados. También si ha sido aislado en carnes envasadas al vacío o en atmósferas modificadas, alimentos preparados y en redes de abastecimiento de agua.
Yersinia enterocolitica
Se encuentra principalmente en la carne y productos cárnicos, sobre todo productos frescos derivados del cerdo, principal reservorio de las formas patógenas. No obstante, es un microorganismo que puede ser vehiculado también por muchos otros productos si ha existido una contaminación cruzada previa. Es sensible a los tratamientos térmicos convencionales y, por tanto, a la cocción, y también a otros tratamientos como la irradiación. Su presencia se asocia a una refrigeración insuficiente de la carne que permita una proliferación importante de otras enterobacterias, sobre todo si la carne se envasa el vacío.
Existen distintos tipos de congeladores o freezer identificados por un número determinado de estrellas, cuantas más estrellas más baja es la temperatura que alcanzan. Un congelador de 4 estrellas garantiza una temperatura de congelación de -18 ºC.
La capacidad del congelador se mide en litros, estableciéndose un aprovechamiento de 9-11 kilogramos de alimento por cada 28 l de capacidad del aparato.
Su congelador tiene unas determinadas características técnicas que limitan su capacidad de congelación a unas determinadas cantidades por día, para un mayor eficiencia y seguridad alimentaria respete las indicaciones y recomendaciones del fabricante. Consulte y guarde en un lugar accesible el manual de uso y mantenimiento de su congelador. La cantidad de alimentos a congelar de una vez, no deberá superar al valor del poder de congelación indicado en la placa de características situado en la pared del lateral del refrigerador, a la altura del portaverduras u en otro lugar fácilmente accesible para el usuario.
El congelador debe de estar situado en un lugar donde pueda circular el aire con facilidad en torno a los disipadores de calor, esa rejilla que tienen situada en la parte trasera. Debe de estar situado al menos a una distancia de la pared de entre 7 y 10 centímetros.
No debe de estar situado cerca de fuentes de calor ni en sitios expuestos a la acción directa del sol, así como tampoco en lugares cálidos.
Mantenga en buen estado de funcionamiento su congelador evitando la formación de escarcha y manteniéndolo escrupulosamente limpio. Descongélelo y límpielo con
bicarbonato (2 cucharadas soperas por litro de agua fría),
vinagre o un producto especifico al menos una vez al año procurando que coincida con la época más fría del año o con momentos de escasa utilización del aparato congelador para así evitar perdidas de alimentos por descongelación.
No introduzca recipientes calientes en el congelador. lo estropeará y estropeará también los alimentos almacenados.
Evite abrir con frecuencia e innecesariamente la puerta, provoca un aumento cambios de temperatura
y aumenta el tiempo de funcionamiento del compresor. Provocaremos el deterioro de los alimentos conservados y un aumento en el gasto energético.
Si se produjera un corte en el suministro de energía eléctrica evitemos abrirlo si no es estrictamente necesario. Si no se abre, el congelador puede mantener congelados los alimentos un periodo de entre 7 y 14 horas dependiendo del tipo de alimento congelado.
Limpieza del congelador o freezer
Reducir al mínimo posible la cantidad de alimentos
Retirar los alimentos y envolver en
papel de aluminio u otro material aislante para conservarlos lo más frío posible y colocarlos en neveras portátiles u otro recipiente que cumpla en fin de mantener el frío el mayor tiempo posible.
Desconectar el congelador desenchufándolo de la red eléctrica y para acelerar la descongelación se puede introducir un recipiente con agua caliente.
Nunca utilice
cuchillo o espátulas de metal ni ningún otro objeto punzante para desprender el hielo o la escarcha de la paredes del congelador.
Tampoco utilice un secador del pelo.
Una vez descongelado limpiar con una mezcla de agua agua tibia y algunas
cucharadas de
bicarbonato o
vinagre
utilizando una esponja suave.
Una vez limpio, colocar dentro los alimentos que no se hayan descongelado ni siquiera un poco, cerrar la puerta y conectar a máxima potencia sin abrir la puerta en al menos 24 horas.